Irmandade Galega na Suiza: Un Legado Cultural y Político 

por Alejandra Plaza

AlejandraPlaza.Zúrich. A lo largo de la historia, las comunidades de emigrantes gallegos han desempeñado un papel crucial en la preservación y promoción de la cultura gallega en todo el mundo. Un ejemplo destacado de esta labor es  «A Irmandade Galega na Suiza», una organización fundada por un grupo de individuos comprometidos, entre ellos, Alicia Castro, viuda de Carlos Díaz, uno de los fundadores y creadores del emblema de la entidad. Según Alicia Castro, esta institución nació como respuesta a la necesidad de ofrecer una visión diferente de la cultura gallega en un contexto de tensiones y diferencias en la diáspora. Carlos Díaz fue uno de los pilares de esta comunidad desde el principio.

Alicia Castro, su compañera de vida y cofundadora de esta sociedad, nos contó con emoción cómo surgió la idea de A Irmandade Galega na Suiza en un pequeño rincón de Ginebra. En sus propias palabras, Alicia nos describió los primeros años de lucha y esfuerzo para consolidar esta comunidad. Reuniones, eventos culturales y el apoyo mutuo fueron las bases de A Irmandade Galega na Suiza. 

La génesis de esta organización se remonta a un período en el que la cultura gallega se veía sometida a diversos enfoques y perspectivas. La directiva de la entidad, de la que formaban parte, entre otros,  mi marido, Carlos Díaz, Jacinto Prego y Ricardo Sarmiento, encontró diferencias significativas en la forma en que se debía promover y celebrar la cultura gallega en la diáspora. Las desavenencias y las tensiones eran palpables cada vez que se organizaba un evento o actividad, lo que llevó a la decisión de separarse y fundar una nueva sociedad. Tras su creación, la nueva organización tomó el nombre de «A Irmandade Galega na Suiza» y comenzó a dar sus primeros pasos. Se abrió un período de varios meses destinado a encontrar un local, recaudar fondos y establecer las bases para una operación cultural y social sólida. La visión de esta institución difería de las asociaciones gallegas convencionales en Europa y América, que a menudo se centraban en aspectos sentimentales y de nostalgia. En cambio, «A Irmandade Galega na Suiza» buscaba un enfoque más contemporáneo, que reflejara la realidad de Galicia en 1973, bajo el régimen de la dictadura»

La organización acogió a invitados destacados que compartían esta visión más crítica y contemporánea de la cultura gallega. Entre los invitados se encontraron figuras como Xosé Luís Méndez Ferrín, María Xosé Queizán, Margarita Ledo, así como cantantes comprometidos como Amancio Prada y Suso Bahamonde. Estos invitados aportaron una perspectiva crítica y comprometida que marcó la diferencia en el panorama de las asociaciones gallegas en el extranjero. En sus primeros años, «A Irmandade Galega na Suiza» se mantuvo gracias a las cuotas de los socios, así como a los ingresos generados por el bar, las fiestas, las tómbolas y eventos como cenas de Nochevieja y celebraciones puntuales como el Carnaval. Además, contaron con la suerte de recibir una subvención del Ayuntamiento de Ginebra y el Departamento de Educación, lo que contribuyó a mantener sus actividades. Con el tiempo, la organización comenzó a crecer y diversificarse. Se formó un equipo de fútbol y un grupo de baile gallego, además de la organización de campeonatos de tute y dominó. Estos eventos y actividades no solo fortalecieron la cohesión de la comunidad gallega en Suiza, sino que también ayudaron a proyectar una imagen más rica y diversa de la cultura gallega.

«El emblema que utilizamos es una ilustración inspirada en un dibujo original de Isaac Díaz Pardo que simboliza la fraternidad y la Hermandad. Dado que nuestra sociedad se iba a llamar «Irmandade», decidimos adoptar esta imagen representativa de dos manos entrelazadas. Carlos, quien es diseñador, trabajó en la composición de esta imagen, integrándose en el logo de «A Irmandade Galega na Suiza». Simboliza la unión de los gallegos en tierras suizas y creo que ha perdurado como un recordatorio de la determinación y la fuerza de la diáspora gallega en el corazón de Europa»

Sin embargo, antes de utilizar la imagen de Isaac Díaz Pardo, se pusieron en contacto con él para solicitar su autorización. Durante la conversación, le explicaron que estaban formando una sociedad en Ginebra y que su dibujo emblemático sería la elección perfecta para representarlos. Afortunadamente, Isaac Díaz Pardo les otorgó su autorización para utilizar su obra.

«El nombre «Irmandade» fue elegido en referencia a una sociedad previamente establecida en Argentina, fundada en 1941 en Buenos Aires por un grupo de galleguistas. Este nombre sirve como homenaje a los exiliados gallegos que residían en Buenos Aires en esa época»

La vida la llevó a Suiza cuando tenía cuatro o cinco años, alrededor del año 1960, junto con sus padres. Carlos Díaz viviría la misma situación, pero un año más tarde. 

«Nuestros padres trabajaron juntos y, gracias a una invitación para asistir a un evento de las Letras Galegas, nos conocimos y nos unimos a un grupo de jóvenes, que incluía a Carlos, Jacinto, Raúl y Ricardo»

Carlos y Alicia se establecieron en Suiza durante casi 30 años. En Ginebra nacieron sus hijos. En 1989, regresaron a Galicia, según Alicia, fue una decisión oportuna dado que sus hijos eran pequeños. 

«Carlos falleció hace 16 años a una edad temprana, pero dedicó toda su vida, al igual que el sindicalista Jesús Gómez Antelo y Alfonso Gómez, el actual alcalde de Ginebra, al servicio de Galicia, incluso en el extranjero, donde vivió integrado en la sociedad suiza. Trabajó para el Departamento de Instrucción Pública del Estado de Ginebra y estuvo muy involucrado en la vida social, política e internacional de Ginebra, además de mantener sus conexiones con nuestras raíces gallegas y españolas. Esta dualidad enriquece nuestras vidas de manera significativa»

En la actualidad, Alica Castro sigue viviendo en A Coruña donde continúa una gran labor social y reivindicativa. Desde allí, ha querido trasladar sus mejores deseos A Irmandade Galega na Suiza.

«En este día tan especial, quiero enviarles mis más sinceras felicitaciones por alcanzar este increíble hito de 50 años de historia. Es un logro notable que merece ser celebrado con alegría y orgullo. Espero que continúen su importante labor con la misma pasión y dedicación en los años venideros. Que estos 50 años de historia sean solo el comienzo de una nueva y emocionante etapa llena de éxitos y logros»

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