Feijoo y los suyos siguen desquiciados tras una derrota en las generales que no saben digerir, por lo que es muy probable que tanto exceso, incluso callejero, haya contribuido a que hasta el 87% de los afiliados del PSOE reaccionaran concediendo a Sánchez manos libres para negociar.
Pero el lío sigue y hoy lo abordaremos en forma de preguntas sencillas a las que buscaremos respuestas lógicas.
¿Qué puede y debe intentar cualquier candidato tras las elecciones?
· Legislar y, si es posible, gobernar.
¿Sabía el PSOE, antes del 23J, que los independentistas podrían exigir la amnistía a cambio de sus votos en la investidura?
· Si, entraba dentro de lo muy probable.
¿Incluyó el PSOE esa amnistía en su programa electoral?
· No.
¿Ganó el PSOE por mayoría absoluta las elecciones celebradas el 23J?
· No. Consiguió 121 escaños, 55 menos de los necesarios.
¿Se puede obligar al PSOE, o a cualquier partido, a cumplir su programa electoral si no ha ganado por mayoría absoluta?
· No, los demás se lo impedirán.
¿Se le puede negar al PSOE el derecho a llegar a acuerdos para intentar gobernar y legislar?
· No, porque la política en democracia es, sobre todo, negociar y pactar.
¿Debe el PSOE respetar las leyes para poder cambiarlas?
· Si, porque si no lo hace los tribunales le obligarán.
¿Se puede acusar al PSOE de haber engañado al electorado por aceptar la amnistía para poder gobernar?
· No, porque los resultados electorales crean una situación política nueva.
¿Se puede exigir al PSOE que repita las elecciones para incluir la amnistía en su programa electoral?
· No, porque la ley no le obliga y para decidir «lo que se hace» están los referéndums. Las elecciones son para decidir «quien lo hace».
Pero esto de hoy se refiere a dos amnistías y, por tanto, recordaremos la otra.
¿Conocía el PP la situación de crisis económica mundial antes de presentarse a las elecciones generales de 2011?
· Si, y la convirtieron en el elemento central de su campaña para las elecciones de 2008, cuando el PSOE se negaba a pronunciar la palabra «crisis». Después, Cristóbal Montoro le dijo a la diputada Oramas, de Canarias, aquello de «que se hunda España» para convencerla de que votara contra el Gobierno de Zapatero. Por poner un ejemplo de la crueldad a la que algunos pueden llegar en tiempos de paz.
¿Incluyó el PP una amnistía para los evasores fiscales, o cualquier medida que se le pareciera, en su programa electoral para las elecciones de 2011?
· No.
¿Ganó el PP por mayoría absoluta las elecciones de 2011?
· Si. Consiguió 186 escaños, diez más de los necesarios.
¿Se puede acusar al PP de engañar al electorado al aprobar, pocos meses después, una amnistía fiscal que no había incluido en su programa electoral?
· Si, porque ganó por mayoría absoluta y podía aplicar su programa.
¿Se podía reclamar al PP a partir de 2011 que no cambiara las leyes?
· No, en ningún caso.
¿Se podía exigir al PP el respeto a las leyes para cambiarlas?
· Si, porque si no lo hacía los tribunales le obligarían.
¿Respetó el PP la ley cuando aprobó la amnistía fiscal en 2012?
· No, porque el TC la declaró inconstitucional por unanimidad.
¿Consiguió el PP, a pesar de la ilegalidad de su amnistía fiscal, el objetivo de beneficiar a los evasores fiscales que perseguía con esa ley?
· Sí, y con la indiscutible colaboración del TC, pues tardó cinco años en adoptar una decisión que tomó por unanimidad, pero, como dijo ese día el titular de «El País», «La sentencia apenas tiene efectos prácticos».
Y, para terminar, la clásica exclamación en la barra de cualquier bar de alguien cabreado con los independentistas catalanes que reclaman la amnistía.
¡¡No hay derecho a que el gobierno del Reino de España dependa de siete diputados!!
· Pues sí que hay derecho. Es la LOREG amigo, la misma ley que entre 1977 y 2023 ha premiado al PP y al PSOE con 340 escaños más de los que les habrían correspondido si esa norma respetara el art. 14 de la Constitución, el de «la igualdad de todos ante la ley». Y que, por cierto, es la misma norma que a los de ERC y Junts, y a sus predecesores de CiU, les castigó con 23 escaños menos durante el mismo periodo. Además, ¿hay algo o alguien que impida al PP y al PSOE ponerse de acuerdo y prescindir de las bisagras? Pues eso.
Sánchez ha justificado la amnistía declarando que hay que hacer «de la necesidad virtud». En cambio, el Feijoo fracasado aún intenta convertir en virtud lo que no fue más que la imposibilidad de conseguir cuatro traidores a pesar de contar con el aval del MASUFA* cuando le propuso para la investidura fallida.
La extraña «virtud», de la que el del PP sigue presumiendo, es la de tener «principios». Y lo está afirmando alguien como él, que lidera el que es, muy probablemente, el partido más corrupto de Europa Occidental.
*MASUFA son las siglas de Mando Supremo de las Fuerzas Armadas (art. 62.H de la Constitución).