Como no les ha gustado el resultado que las urnas arrojaron el 23 de julio y con el que los líderes autorizados por la voluntad popular están buscando una mayoría para que pueda comenzar la legislatura, nos encontramos, más de tres meses después de las elecciones, al líder de Vox llamando a las fuerzas del orden a no cumplir las órdenes de sus superiores y, al mismo tiempo, participando personalmente en manifestaciones callejeras que, por definición, han de estar siempre vigiladas por esas mismas fuerzas del orden.
Al mismo tiempo, escuchamos a la presidenta de la Comunidad de Madrid mencionando a la Corona, a la Justicia y a las Fuerzas Armadas porque, según afirma en voz bien alta para que la escuchen, responderán como siempre que peligra la unidad de España. Es decir, cuando ella y los suyos digan «peligro» y, entonces, que cada uno haga algo, tal como ha pedido Aznar.
Por su parte, leo en «El Diario» que «Feijoo equipara el acuerdo de PSOE y Junts con el 23F y los asesinatos de ETA» y doy fe de que es lo que ha dicho el líder del PP porque yo regresaba conduciendo con la radio puesta y he oído que decía exactamente eso, aunque nunca apostaría un solo euro de su dinero para sostener la burrada de que las armas de fuego disparando son lo mismo que unos políticos firmando pactos.
Por último, Felipe González reclamando nuevas elecciones, tal como han hecho en varias ocasiones los otros protagonistas de estas líneas, mientras afirma sentir vergüenza porque uno de los acuerdos para la investidura se haya negociado en Bélgica. ¿O aún no se ha enterado que yo no se pide el pasaporte para viajar a Europa?
Señor Sánchez, que usted se me olvidaba: ¿puede pedir protección a la OTAN para los días del debate de investidura? Estaremos más tranquilos.