¿Puede la IA ayudar a combatir el cambio climático?

por Redacción Nacional

La inteligencia artificial ya se está abriendo paso en todo el mundo en el ámbito de la salud, la educación y la industria, pero ¿cómo puede esta tecnología de vanguardia ayudar al mundo a combatir y mitigar los efectos del cambio climático?

La reciente creación del Órgano Consultivo sobre IA de las Naciones Unidas se une a la tendencia mundial de aprovechar el aprendizaje automático para encontrar soluciones a desafíos comunes.

La IA está mejorando el procesamiento de datos y un número creciente de gobiernos, empresas y socios de la sociedad civil están trabajando juntos para obtener sus múltiples beneficios.

Eso incluye acelerar y ampliar los esfuerzos para hacer realidad ambiciones mundiales como la Agenda 2030 y sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que sirven como el plan de acción mundial para hacer que el planeta sea más verde, más limpio y más justo.

En vísperas de la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 28), que comienza a finales de noviembre en Dubai, Noticias ONU analiza cómo la IA ayuda al mundo, desde las comunidades hasta las empresas y los legisladores, a hacer frente al cambio climático.

El clima

Las tecnologías basadas en la IA ofrecen capacidades inéditas para procesar volúmenes enormes de datos, extraer conocimientos esclarecedores y mejorar los modelos predictivos, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de las Naciones Unidas.

Esto significa una modelización y predicción mejorada de los patrones del cambio climático que pueden ayudar a las comunidades y autoridades a crear estrategias eficaces de adaptación y mitigación.

Varias agencias de la ONU apoyan a comunidades vulnerables de Burundi, Chad y Sudán a través de un proyecto impulsado por la inteligencia artificial para investigar cambios ambientales pasados alrededor de lugares donde han ocurrido desplazamientos y elaborar proyecciones de futuro que sirvan de base a medidas de adaptación y la acción anticipatoria para luego integrarla en programas humanitarios.

Sobre el terreno, la mejora de los datos puede ser revolucionario. Por ejemplo, la aplicación MyAnga ayuda a los pastores kenianos a prepararse para la sequía.

Con datos provenientes de estaciones meteorológicas y satélites alrededor del mundo, disponibles en sus dispositivos móviles, los pastores pueden planear con antelación, gestionar mejor su ganado y ahorrarse horas de búsqueda de pastos verdes.

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