La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, entregó este martes su cartera de Derechos Sociales y Agenda 2020 quejándose delante de la vicepresidentas segunda y tercera del Gobierno, Yolanda Díaz y Teresa Ribera, de que el PSOE y Sumar “echan” a su partido del Gobierno, pero advirtió: “Nos echan, pero no nos vamos”.
Las últimas palabras de Belarra, a diferencia de las anteriores, incluido un agradecimiento a su predecesor como ministro, Pablo Iglesias, no concitaron los aplausos de Díaz, Ribera y otros de los ministros entrantes y salientes presentes en el estrado del auditorio del Ministerio: Alberto Garzón, Sira Rego, Pablo Bustinduy y Mónica García.
Belarra comenzó deseando a sus sucesores “la mayor de las suertes y de los aciertos”, dijo que tenía claro que, para que ella hubiera llegado a ser ministra, tuvo que pasar el 15M, las mareas, las movilizaciones de colectivos sociales y “se tuvieron que celebrar cuatro veces elecciones generales para que la gente que piensa como nosotros pudiera estar en el Gobierno”, con lo que lograron romper “juntas la cláusula de exclusión histórica”.
Luego presumió de otras aportaciones fuera de sus competencias como la Ley de Vivienda, el tope al gas, el escudo social y el ingreso mínimo vital, así como de criticar que “enviar armamento a Ucrania solo serviría para alimentar el conflicto político” y que lo que está haciendo Israel en Palestina “es un genocidio”. Aquí Ribera y Díaz dejaron de aplaudirla, pero Rego, portavoz de IU y palestina de origen, sí lo hizo.
Lo que las vicepresidentas ya no pudieron en ningún caso compartir fueron sus últimas palabras, cuando reivindicó como “la mayor aportación que ha hecho Podemos” la de “demostrar que se puede, que no tenemos que conformarnos con la propuesta conservadora del Partido Socialista”. Y, sobre todo, sus últimas palabras.
“Hoy un día difícil y triste para mí. Hoy el Partido Socialista consigue lo que no consiguió en 2019: echar a Podemos del Gobierno”, denunció. Reiterando el mensaje de que esto es “injusto” y “ante todo un error político”, concluyó que “nos echan precisamente porque se ha podido, porque lo hemos hecho bien”. Y remató: “Nos echan pero no nos vamos. Seguiremos con la voluntad firme”.
El nuevo ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, también se salió de sus competencias estrictas al comenzar denunciando las “atrocidades” de Israel en Palestina y reclamar “que se detenga de inmediato esta barbarie”. La denuncia mereció los aplausos del resto de ministras y exministros,
Sobre todo, fue ovacionado su reconocimiento como “una de las mejores personas” que conoce al secretario de Estado de Derechos Humanos saliente y la persona que estaba destinada a ocupar su puesto, Nacho Álvarez. Álvarez, que renunció al negarse su partido, Podemos, a dar el aval a que lo fuera como cuota de esta formación, como pretendía Sumar, fue sin duda la persona más aplaudida del acto, también por Belarra, cuando le mencionaron ésta y Bustinduy.
Abrió el acto el ministro de Consumo saliente, Alberto Garzón, quien, sin entrar en temas internos pero con claro sesgo ideológico, destacó que “esto no estaba escrito”, en el sentido de que la revalidación del Gobierno de coalición progresista, antes de las elecciones, “era el escenario más improbable”, con un Ejecutivo “asediado por la derecha, por los sectores más reaccionarios”, a veces “escondidos” en la judicatura o los medios de comunicación.
Por eso, declaró que es “un motivo de orgullo y satisfacción” que vuelva a constituirse “un Gobierno con valores democráticos, de progreso, de avance”. A su sucesor en las competencias de Consumo, Bustinduy, le alabó su lucidez, su trato humano y sus intervenciones parlamentarias, de las que dijo que son de lo mejor que ha pasado por el Congreso en las últimas décadas.
Rego, nueva ministra de Juventud e Infancia, cerró el evento sin referencias políticas, pero, a su término, y ante los gritos de «Ione, Ione», Belarra volvió a subir al estrado y posó agarrada con la ministra de Igualdad saliente, Irene Montero. Algunos asistentes las vitorearon coreando «Sí se puede, sí se puede», el lema fundacional de Podemos.
(SERVIMEDIA)