Los Pilatos del RC Deportivo

por Gonzalo Soto

Lleva cuatro años lavándose las manos la propietaria del RC Deportivo, ABANCA, poniendo al frente de la dirección del Club coruñés a personas con capacidad empresarial, pero carentes de todo conocimiento del mundo del fútbol. Poner dinero no es invertir en talento deportivo, todos sabemos lo que falla y nadie pone remedio o lo oculta, no vaya a ser que el dueño y señor del dinero se enfade, creo que sería lo mejor, así de una vez separaría el trigo de la paja. Ensalzan virtudes donde no las hay, solo los necios lo hacen, o lo que es peor, no lo ven los listos.

Cuatro años riéndose de los miles de los deportivistas

Hoy toca otra lavada de manos, dicen y lo creo, que han instalado una jofaina en la parte inferior del estadio de Riazor para lavarse las manos como Pilatos, los jugadores, cuerpo técnico, directivo pin pan pun y resto de piloneros. Hoy la luz tuvo una bajada del 20%, les va a salir barato a los blanqueadores que utilizaran la lavadora para blanquear el pésimo partido jugado hoy, por profesionales que cobran un pecado en esta categoría. Hechos tangibles, 14 partidos jugados, cuatro ganados y el resto como la Santa Compaña por los campos de Tercera. Estoy seguro que el RC Deportivo padece la mal del pulpo, el cefalópodo manjar exquisito en Lugo, vertió la maldición por haberle arrancado tres patas en forma de goles, en un espejismo propio del desierto del Sahara.

Cuatro años con el mismo vía crucis, con una afición entregada a un escudo y colores, esperando pacientemente que el sueño de todo buen deportivista se cumpla, que no es otro que el regreso al fútbol profesional.

Juan Carlos Escotet, presidente de la propietaria del RC Deportivo de A Coruña SAD, debería levantarse un día y decir, “qué coño pasa con estos carajitos que no son capaces de darme una alegría”. Su actitud no es comprensible, como puede poner al mando de la nave a grumetes que no saben lo que es un trinquete.  O es que también, como Pilatos, se lava las manos, o se deja engañar, que es lo que pienso que sucede. No es entendible como un empresario de éxito permita un lunar en su carrera hacia la cumbre y no sea capaz de dar un golpe en la mesa, reunir a quienes saben del negocio del fútbol y decir, ahora sí, vamos a por el ascenso. El dinero no compra goles ni puntos, sirve para fichar a jugadores comprometidos con su profesión y con talento deportivo para ganar partidos y echarle huevos durante noventa minutos.

PD. El entrenador que se vaya de una vez, que deje de mencionar a la afición, su soniquete es rancio.

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