¿Qué tipos de diamantes se pueden vender?

por Redacción Nacional

Los diamantes son considerados unas piedras preciosas de gran valía por su calidad, su dureza y su extrema belleza. En ocasiones, las personas propietarias de este tipo de joyas deciden venderlas para obtener una ganancia económica a cambio de alargar la vida de estas piedras en manos de otras personas. Quien posee diamantes auténticos sabe que es una inversión a largo plazo, por lo que no debe dudar a la hora de tomar una decisión de esta índole. En cualquier caso, no se trata de una operación sencilla puesto que se debe saber dónde acudir y ponerse en manos de profesionales del sector para realizar una venta segura y, de esta manera, evitar ser víctimas de un engaño. En el mercado, existen empresas que se dedican exclusivamente a vender diamantes usados y realizan las funciones de bróker, captando a los compradores más competentes. Se trata de equipos de gemólogos y vendedores altamente cualificados que se encargan de todo lo que conlleva una venta tan precisa, desde el análisis y estudio de la gema, a la realización de la tasación y, por supuesto, a encontrar a un buen comprador para que la operación sea lo más rentable posible.

Es indispensable que los diamantes sean auténticos y cuanto menos tratados y más puros, van a tener más oportunidades de una venta rápida y exitosa. Pueden presentarse engarzados en pulseras, pendientes y anillos junto a metales preciosos o simplemente la piedra individual. A continuación, vamos a explicar algunas cualidades necesarias que deben presentar para que se puedan vender y brinden la posibilidad de obtener un buen beneficio económico.

Color y pureza

Estas características son determinantes en el valor de un diamante, incluso si se trata de uno usado. Por norma general, los colores que se encuentran son desde trasparentes con una ligera tonalidad a amarillos oscuros o marrones, considerándose los más claros más costosos. En cambio, si el diamante posee una tonalidad más intensa de otro color como el naranja, azul o incluso rojo, son mucho más valiosos puesto que son más difíciles de encontrar. Respecto a la pureza o claridad, el equipo de gemólogos estudia todas las imperfecciones o inclusiones que presenta la piedra de forma natural y, por medio de una escala, le pueden dar el valor conveniente. Cuantas menos inclusiones o menos visibles, más valiosa se considera la joya.

El corte o talla

Dentro de las características que presenta una piedra preciosa como el diamante, el corte es la que determina la superioridad del diamante, y para eso se evalúa la simetría que presenta, los ángulos y el pulido, que se trata del acabado. La talla es la forma que tiene el diamante una vez tratado, hay de diversos tipos: talla esmeralda, talla princesa o talla marquesa, entre otras, y todas se venden de forma exitosa puesto que le aportan a la piedra una forma muy bella y elegante.

El tamaño y el peso

En el mercado de la joyería se venden todo tipo de diamantes, independientemente del peso y de su tamaño. El peso se mide en quilates y son los que le dan valor a la gema. Cuánto mayor es un diamante mayor es su peso por quilate y, por lo tanto, más costoso. En cambio, el tamaño no es tan determinante para su evaluación, los expertos siempre tendrán en cuenta lo que pesa.

Diamantes con o sin certificación

Es importante presentar un certificado sellado que garantice la autenticidad de la gema, puesto que facilita la transacción aportando a los compradores confianza y seguridad. Los gemólogos expertos en el examen que realizan previamente a la venta, pueden aportar una certificación garantizando su autenticidad, y como consecuencia, aumentando su valor.

Estas son las principales características que deben presentar los diamantes para poder venderlos en segunda mano.  Desde aquí insistimos en la importancia de contactar con un equipo de profesionales del sector que realicen un buen estudio y consigan compradores con seriedad y verificación, garantizando al cliente una operación segura y exitosa.

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