Navarra, autodeterminación ya. Por Naty Carracedo

por Naty Carracedo

El término anatema es algo así como la palabra prohibida, la maldita, la impronunciable siquiera. En el caso de la nación española, ese vocablo se vincula a la autodeterminación.

Muchos lectores tal vez desconozcan que en Navarra y solo allí, y a diferencia de Cataluña o País Vasco, su hipotética autodeterminación, en el sentido de la decisión no sobre su independencia, sino sobre su anexión o no a otra comunidad autónoma, la vasca, no precisa de ninguna reforma constitucional.

La propia Carta Magna, en su disposición adicional cuarta, así lo contempla. Esa disposición asevera:  «El caso de Navarra, y a efectos de su incorporación al Consejo General Vasco (a la Comunidad autónoma del País Vasco) o al régimen autonómico vasco que le sustituya, en lugar de lo que establece el Art. 143 de la Constitución, la iniciativa corresponde al Órgano Foral competente (el actual Parlamento navarro), el cual adoptará su decisión por mayoría de los miembros que lo componen. Para la validez de dicha iniciativa será preciso, además, que la decisión del Órgano Foral competente sea ratificada por REFERÉNDUM expresamente convocado al efecto, y aprobado por MAYORÍA DE LOS VOTOS VÁLIDOS EMITIDOS».

Traducción. La mayoría del Parlamento NAVARRO puede proponer cuando quiera ese referendo a la ciudadanía para su anexión o no a Euskadi y con una mayoría simple sus ciudadanos pueden ratificarla o rechazarla.

Toda esta parrafada viene al hilo de la vergüenza acontecida ayer en el consistorio de PAMPLONA. Nunca el PSOE había otorgado su apoyo expreso a Bildu para su acceso a una alcaldía de tal relieve. Ello ha provocado una lógica indignación entre muchos habitantes de esa comunidad foral, cuna, por otra parte, del pensamiento y de la tradición carlista.

Lo escandaloso no es tanto el hecho en sí, sino cómo se ha perpetrado. Los socialistas, empezando por el inefable SÁNCHEZ, llevan años y años jurando y perjurando que ello jamás sucedería, PACTAR CON BILDU, NUNCA, repetían. Incluso lo reafirmaron en la reciente campaña electoral de las generales. Donde dije digo, digo ahora diego; sin cortarse un pelo.

El presidente del Gobierno es un ególatra artero y cambiante cuando le conviene.

Veamos, Bildu es una coalición que está controlada por Sortu. Este es un partido encabezado por un exterrorista sentenciado, Otegi, y secundado en su junta ejecutiva por DAVID PLA, el último jefe militar de la extinta ETA.

No es ni puede ser todavía un actor político normal. No condena ni se arrepiente de los horribles crímenes etarras (incluidas las muertes de varios niños como daño colateral de sus atrocidades), no repudia claramente recientes ataques contra las tumbas y la memoria de algunas víctimas y, sobre todo, incluye sin pudor alguno en sus listas electorales a exasesinos de la infame banda.

Algunos pasos dados por los abertzales en los últimos tiempos para alejarse del secular amparo de los viejos postulados violentos y actividades deplorables parecen loables. Sin embargo, esas iniciativas también son a día de hoy absolutamente insuficientes para su validación como una fuerza de moralidad y ética democrática indiscutibles.

Pese a todo, es probable que sea la formación más votada en los ya cercanos comicios autonómicos vascos. Así están las cosas.

Si una fuera ciudadana pamplonica o navarra y tal y como está el panorama, exigiría al PSOE que aclarase ya y echando leches si apoyaría o no la celebración de ese hipotético referéndum de anexión a Euskadi. 

Anhelo nacionalista

Esa consulta es desde hace décadas el gran anhelo histórico de Bildu y PNV y una de las justificaciones históricas claves de la funesta génesis y larga pervivencia de ETA. Se trataría del primer escalón para la futura creación de la anhelada gran nación vasca independiente.

Visto y lo visto e intuido lo que tal vez haya de llegar, no estaría de más una próxima convocatoria de esa votación refrendaria. Su finalidad supondría que los navarros sean definitivamente lo que deseen ser y den o quiten razones a sus políticos, sean de un bando u otro.

No obstante, ello no va a acontecer. Tanto si dicen una cosa como la otra, el PSOE es ahora mismo una formación muy poco fiable que parece ya un grupo cuasisectario y cuasiborregil, que acepta sin rechistar (salvo excepciones sonadas como PAGE, LAMBAN, GUERRA o el mismísimo FELIPE GONZÁLEZ) los designios del supremo líder monclovita. En el colmo, algún ministro especialmente lerdo y lameculos describe a Bildu como partido progresista.

Hoy toca amnistía, pactos con Bildu o encamarse con el prófugo y chulapón Puigdemont. Mañana igual toca excarcelación progresiva de etarras y quizás, vete tú a saber, un pacto BILDU-PSE-SUMAR para colocar de lehendakari a Otxandiano, el hijo político del gran ARNALDO.

La madre del asesinado policía local PAGAZAURTUNDUA pronosticó en su día por escrito y a través de una carta pública al único lehendakari socialista, PATXI LÓPEZ: «Harás cosas que nos helarán la sangre«. Pasados los años, es evidente que la buena señora tenía más razón que una santa.

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