Augusto César Lendoiro
El año nuevo del Deportivo es para enmarcar. Nada que ver con lo que ocurría en noviembre. Entonces califiqué el primer trimestre del curso con un titular duro, pero esperanzador: “El ‘Depor suspende, pero aún está a tiempo”.
Sin perder la ilusión, pero muy preocupado, en enero avisaba: “Ojo, Depor, sale el último tren para el título”. De inmediato me ilusioné de verdad con la irrupción del niño. Sin duda, “Mella hace mejor al Depor” y finalizaba con “El Deportivo triunfa en Vigo y falla en el mercadillo invernal”.
En este último artículo lamentaba que no se hubiese fichado un delantero que garantizase gol, al tiempo que coincidía con Soriano en que los veteranos estaban obligados a mejorar su pobrísima aportación al grupo. Concluía mi análisis siendo optimista para conseguir el título. Me basaba, como siempre mantuve, en que el Deportivo era muy superior a sus rivales.
Si. Todo apunta a que 2024 sea el año del Depor. Como presumíamos, los rivales bajan y el Deportivo sube. Lo que yo no calculaba es que fuese con un acierto goleador tan escandaloso. Quizás la razón la haya encontrado un amigo que de fútbol sabe un rato: “la idea es jugar al toque, pero goleamos corriendo”.
Si en el primer trimestre era justa el suspenso, en el segundo la calificación debe ser un notable muy alto. Todo cambió. Al único peligro que producía la sociedad Lucas-Pablo Vázquez -que continúa- se le han unido la velocidad y las asistencias de Mella, la habilidad de Yeremay, el ir a más de Lucas… y los goles, muchos goles.
Nadie dudaba que tanto la retaguardia, como el centro del campo, la media punta y las bandas, con los chavales, estaban en el alto nivel exigible a un campeón. La carencia, cara a conseguir el título, la veíamos en la falta de gol.
Mantenía que el hombre gol del Deportivo no podían ser ni Davo, ni Barbero. Hoy todavía mantengo serias dudas sobre si lo puede ser Barbero, pero los datos, de antes y de ahora, no mienten. Ojalá siga confirmando los detalles de Pamplona y demuestre que el equivocado era Lendoiro. Que él era ese delantero de nivel, no uno más, que pedía a gritos el Deportivo. Me encantaría reconocer mi error.
Mañana tiene una nueva ocasión en ese Depor-Lugo que se presenta como un derby especial para unos y otros. Los coruñeses son los grandes favoritos. Viven un momento que más que dulce, yo diría que inimaginable hace un par de meses.
No éramos muchos los que creíamos que se podía remontar, y menos de forma tan rápida, pero una victoria el domingo en un Riazor abarrotado y entregado a los blanquiazules, nos puede llevar al liderato.
No será fácil porque enfrente tendrán a los de Tino Saqués -acreedor al título “gatillo fácil” del Oeste balompédico español con 19 muescas en su cinturón- que,se juegan en este encuentro, aparte de los tres puntos, la credibilidad ante miles de aficionados, que se desplazan ilusionadas, porque son conscientes que en A Coruña se jugarán muchas de sus ya limitadas posibilidades de ascenso.
Por eso da en la diana su entrenador Roberto Trashorras -a la vez sufridor y beneficiario de esa especie de triple salto mortal de Tino, que lo destituyó del Polvorín en junio, lo repescó en diciembre y lo ascendió ahora a la dirección del primer equipo- cuando dice que “para el Lugo no hay mejor escenario que Riazor”.
Si. Estoy seguro que es el día de ofrecerle un gran partido a su afición, Se trata, quizás, de la última oportunidad de un equipo hecho para pelear por todo y que aún se encuentra lejos de lograr algo.
Será un gran encuentro. El Lugo es uno de los muy pocos rivales que nos pueden complicar de verdad nuestro camino hacia el título. Es un equipo que llega aún bajo los efectos de un nuevo entrenador, el tercero de la temporada. Se trata de un equipo veterano, herido en su orgullo, con calidad y capaz de ponernos las cosas muy difíciles.
Se precisa de la máxima concentración. Que el equipo salga como en las visitas al Logroñés y Osasuna, y no como ante el Tarazona en casa. Nos jugamos el título. Hagámosle un “siete” al número de victorias y continuemos esa racha impresionante. No nos olvidemos que el Lugo es mucho mejor equipo de lo que indica la tabla. Hemos hecho lo más difícil. Sigamos en esa línea. No nos confiemos lo más mínimo.