Elegía de la mujer. Por Wilfredo Velásquez

por Wilfredo Velásquez

Recorrí esta vida y las otras

Mis pies solitarios perturbaron sin propósito el polvo de los caminos

fui un irreverente iconoclasta

militante de negaciones

la soledad me espantó el grito

la angustia solo dejo el silencio en mi garganta

Anduve…  y en todas partes vi a las mujeres surcando la tierra e inventando la vida

Las encontré en cada recodo

en el suelo húmedo

en el granito

en las calzadas de los pueblos primitivos

en las trincheras blandiendo la espada

alentando a sus hombres

llorando a sus hijos

transformando el mundo

las vi acortando distancias a la velocidad del sonido

Siempre estuvieron allí

fueron el nido

me acogieron en su vientre de plumas

me nutrieron de su cuerpo

las tuve confundidas conmigo

me dieron  la palabra y el canto

voluptuosas recorrieron cada poro de mi cuerpo

Vi a Dios de la mano de una mujer aprendiendo los caminos

Las vi como una nostalgia confundiéndose con los sueños

Universales

                     Infinitas

                                  Múltiples

Las vi en todas partes

Mujer cuerpo

  Mujer sexo

    Mujer vida

       Mujer muerte

         Mujer lecho

            Mujer tumba

Las mujeres son el cuenco de secretos que está al final del arco iris

impenetrables tras la rosa

semillas de dolor prendidas en el canto de los

pájaros

son una gota de hiel temblando en las alas de una libélula  

Las mujeres son esencia

ser

trascendencia

vigilia y sueño

en ellas convergen todos los elementos

son el cauce que conduce a la vida

profundo en su inocencia

caudaloso en sus pasiones

turbio en su ira

cauce tranquilo cuando en sus aguas navega la

ternura

Las mujeres son esa inflamación de la sangre

desatan tormentas en el alma

son el choque de dos astros en el momento de la entrega

la calma después de la ofrenda

Las mujeres son mariposas que baten alas

empujando la historia

Infinitas en la gracia de su vientre

Por ellas creo en el futuro

en el curso de las estrellas

en la savia

en el sol

en la danza de la sangre

Estuvieron al principio

y estarán tocando la última de las trompetas 

cuando nos llamen a juicio.

Wilfredo Velasquez R

Marzo de 1996

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