Las estadísticas señalan que el consumo de alcohol solo para estar ebrio ha descendido
Las tradicionales fiestas de música, local oscuro y bebida ya son cosas del pasado. Principalmente porque el consumo de alcohol por el mero hecho de alcanzar un estadio de embriaguez se está reduciendo en España. Y, además, porque como indican los expertos es cada vez más habitual que tanto consumidores como impulsores de estos eventos reclamen crear una atmósfera que fidelice para próximas ocasiones a los jóvenes. Algo que en épocas como la Semana Santa, con días festivos y múltiples organizaciones, se pone de relieve.
“Ya no solo buscan salir de fiesta para beber, quieren experiencias”, indica Iván Godia Roca, responsable de organización de Skyline Nights. Esta compañía española organiza más de 300 fiestas anuales de todo tipo a lo largo y ancho de España. “Más allá de la diferencia entre formas de consumo entre una zona y otra de España, estamos detectando que los jóvenes quieren algo más que salir simplemente de fiesta”.
Señalan desde la compañía que los tiempos de local oscuro, un DJ en una buena posición, música y barra para el consumo de bebidas ya se está quedando anticuado. Cada vez más se busca crear una fiesta que sea especial y que llegue a fidelizar a los jóvenes para la próxima ocasión. Es decir, todo tiene que tener un hilo conductor que consiga generar una atmósfera única que haga de esa fiesta algo completamente distinto a lo que se hace todos los fines de semana.
En el proceso influyen tanto campañas de marketing, como apuestas decorativas, como el uso de la tecnología o estrategias sociales. La idea es poder potenciar la experiencia colectiva frente a algo simplemente individual, aunque muchas veces depende de la temática y estilo del evento. También se intenta desconectar del mundo real, dando mayor realismo al universo que se está creando en el recinto. En definitiva, ya no es solo música, sino que se precisan más estímulos.
“Están creciendo las fiestas temáticas, los decorados… Incluso es habitual ofrecer algún servicio extra dentro de la misma fiesta como puede ser un photocall más divertido, maquillaje gratuito para los asistentes o incluso tatuajes”, destaca. Según indican, este modelo de negocio no nace solo de su experiencia en los diferentes territorios, sino también de las estadísticas y la evolución de la sociedad.
Los datos que analizan desde Skyline Nights de informes públicos reflejan que el consumo de alcohol, uno de los tradicionales motivos para salir de fiesta entre los jóvenes, ya no se simplifica a beber por beber. Un estudio de la Fundación Fad Juventud muestra que si bien el 26% de los jóvenes es habitual de la fiesta, solo el 13% busca diversión a toda costa cuando sale. “El porcentaje de gente a la que le interesa pasarlo bien en entornos seguros, amenos y diferentes es mayor que el que representa a los que solo buscan ‘liarla’”, reconocen.
Igualmente, según la Encuesta sobre Alcohol y Drogas que realiza el Ministerio de Sanidad, desde el 2018 se ha comprobado un descenso notable sobre el consumo de alcohol. Y es que ha caído un 5% el número de personas que bebe simplemente para animar la fiesta. El descenso es aún mayor en aquellos que solo beben para emborracharse, que ha pasado de más de un 12% a menos del 2%.
“El sector está evolucionando. Hay más tecnologías y creatividad en los organizadores, y más exigencia entre los jóvenes. Las fiestas de alboroto y alcohol se están transformando con el objetivo de crear fiestas mucho más trabajadas, con una idea desarrollada y donde haya una experiencia única”, concluye Luis Canelo Peñalver, experto TIC de la compañía.
Las próximas fiestas de Semana Santa son el claro ejemplo. Las organizaciones con un simple DJ y acceso a bebida dejan paso a fiestas más elaboradas, donde haya una temática, una línea en la música o una mayor inversión que pueda permitir también mayor beneficio.