Un lugar excepcional, como los muchos que gozamos en Galicia, especial por las características de A Costa da Morte, para pernoctar con tu caravana, con todos los servicios, electricidad, agua y desagüe, gratis total, con dinero público, lo pagan con sus impuestos los vecinos de Ponteceso. El lugar elegido es el idóneo para «descansar en paz», nunca mejor empleada la frase, pues es limítrofe al camposanto de Corme.
Una llamada por teléfono, o a través del correo electrónico del Consistorio Municipal, puedes establecer de forma legal tu caravana durante 72 horas en el lugar dispuesto para dar descanso al viajero. La Xunta de Galicia publicita la inversión de este` «proyecto innovador» (48.345,19 euros) en un cartel colocado en el exterior de la tapia del cementerio, detallando la inversión, para que los vecinos puedan leer los detalles de la zona de caravanas, tan peculiar, con la que cuenta esta parroquia del Municipio coruñés de Ponteceso.
El lugar donde está situado, además de proporcionar paz espiritual, cerca está la pista de pádel en la zona escolar, e incluye zona de calistenia (ejercicios físicos) además de tener cerca el pabellón municipal a escasa distancia del área “caravanera” con cementerio adjunto, la playa del Osmo, a unos minutos a pie, restaurantes, bares, tiendas, farmacia y todas las comodidades a muy poca distancia y, sobre todo, el silencio nocturno asegurado.
Sin lugar a dudas, una inversión que repercutirá en beneficio de los ciudadanos de Ponteceso, sería lo normal, ya que son ellos los que pagan los servicios de los forasteros. Que menos que hacer los gastos en los diversos establecimientos del Concello. Veremos las tiendas llenas de colas para comprar víveres, las terrazas de los bares con las mesas ocupadas de colorido idiomático, las tiendas de recuerdos, agotados las existencia, etc. Los políticos, cuando se hace una obra de este calado, hinchan pecho como los entrenadores de fútbol cuando ganan un partido. El alcalde de Ponteceso (PP) está tan satisfecho con la inversión de la Xunta, que cuando pasa cerca del área «caravanista» mete la mano en el bolsillo para acariciar su satisfacción más íntima, como si fuese un entrenador de fútbol después de haber ganado un partido.
Cartel indicado de aparcamiento de autocaravanas, con el cementerio al fondo
Sin duda, un proyecto enclavado en un lugar de paz espiritual, que muchos municipios copiarán.