Son dos de los dispositivos electrónicos reyes del mercado y llamados a tener una implantación si cabe mayor con el paso de los años
Nos hemos convertido de forma ineludible de alguna forma en sibaritas informáticos, capaces de detectar, desear y percibir las diferencias entre cada uno de los nuevos productos del mercado como auténticos especialistas, algo prácticamente impensable hace solamente unos años. También la evolución tecnológica matiza incluso lo que llevamos en nuestra propia muñeca, que ha pasado de ser un mero elemento consultivo a convertirse en todo un reclamo para los fabricantes, pero también para los clientes. Conocemos conceptos como el reloj inteligente o smartwatch, así como la smartband, pero no siempre somos capaces de discernir con todos los matices hasta identificar cuál de los productos se ajusta realmente a lo que buscamos y queremos en el mercado.
Podríamos definir el primero de ellos como un producto intensamente presente en el mercado y que en muchos casos y extractos está estandarizado. Se puede definir el smartwatch como un dispositivo portátil diseñado al uso del reloj tradicional o estándar. La mayoría de ellos cuentan con conexión a internet y son capaces de abrir y ejecutar una gran cantidad de aplicaciones de las que dependemos en el día a día, como puede ser el caso de la rutina deportiva o incluso el pago de las compras más rutinarias. Dicen los expertos en tecnología que se trata de un producto a sacarle mucho rendimiento, pero que todavía no ha dado todo lo que nos puede ofrecer a los usuarios. A mayor capacidad, es probable que en un futuro todavía tengan un nicho de mercado mayor al actual.
No resulta sencillo para el ciudadano de a pie identificar las diferencias entre el smartwatch y la smartband, principalmente porque las similitudes entre ambas son también bastante. La smartband, por su parte, brinda notificaciones básicas y opciones deportivas, mientras que en el caso del teléfono se trata de funciones inteligentes, de apoyo y que pueden conectarse con nuestro teléfono de forma sincronizada. Sin embargo, en favor de las bandas hay que decir que, al contar con menos funciones, su autonomía es mucho más extensa.
Además, por una mera cuestión de traducción podemos afirmar que, mientras el primero de ellos tiene una apariencia de reloj y que, por lo tanto, en ocasiones puede ser más aparatoso y llamativo, la smartband se corresponde con una cinta de muñeca que pasa en ocasiones mucho más inadvertida y discreta, con la función también menos de moda que puede entenderse en términos generales.