1 de cada 3 niños y niñas menores de dos años sufre desnutrición en Gaza

por Redacción Internacional

Con más de 400 ataques documentados contra la asistencia sanitaria desde octubre, 26 de los 36 hospitales de la Franja han quedado completamente inoperativos, mientras que la entrada de suministros médicos en el territorio sigue estando restringida

«Los niños y niñas desnutridos de Gaza no están recibiendo los alimentos y la atención médica que necesitan para sobrevivir debido al bloqueo de los alimentos y a la destrucción del sistema sanitario», ha advertido Save the Children. Las familias palestinas denuncian que los niños y niñas sufren una gran pérdida de peso, debilidad y grietas en la piel.   

Los 346.000 niños y niñas menores de cinco años de Gaza son los que corren mayor riesgo de desnutrición a medida que la situación, ya de por sí catastrófica, se deteriora rápidamente en todo el territorio. En el norte, se calcula que uno de cada tres niños menores de dos años sufre actualmente emaciación, la forma más grave de desnutrición, frente a uno de cada seis niños en enero, según The Global Nutrition Cluster, un grupo de organizaciones humanitarias centradas en la nutrición.    

Yahya (nombre ficticio) es uno de los 1,2 millones de personas desplazadas que viven ahora en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, una ciudad que suele albergar a 280.000 personas. El sobrino de Yahya murió de hambre, como consecuencia de las restricciones impuestas al acceso a la ayuda y a los productos comerciales en Franja desde octubre de 2023.   

Save the Children explica que los niños y niñas desnutridos necesitan urgentemente alimentos ricos en nutrientes y fáciles de consumir, como alimentos terapéuticos listos para el consumo y leche terapéutica para niños pequeños. «También necesitan medicamentos básicos como antibióticos, instalaciones sanitarias y personal sanitario formado que pueda detectar y tratar la desnutrición», añade la organización humanitaria. Con más de 400 ataques documentados contra la asistencia sanitaria desde octubre, 26 de los 36 hospitales de la Franja han quedado completamente inoperativos, mientras que la entrada de suministros médicos en el territorio sigue estando restringida.  

Una vez que la desnutrición aguda grave se afianza, los niños y niñas suelen desarrollar otras enfermedades. El sistema inmunitario de un niño o de una niña gravemente desnutrido empieza a fallar, lo que hace que afecciones que de otro modo no pondrían en peligro su vida, como la diarrea, sean potencialmente letales. Actualmente, la diarrea está muy extendida en la Franja de Gaza debido a los desplazamientos masivos y a las condiciones antihigiénicas exacerbadas por la destrucción de las infraestructuras sanitarias, e incluso los recién nacidos y los bebés de seis meses sufren diarrea. El equipo de Save the Children ha explicado que los niños y niñas están perdiendo entre un 50% y un 60% de peso y sus interacciones básicas y su comprensión de las cosas se han visto realmente afectadas por el hambre.   

Mostafa (nombre ficticio), de 48 años, padre de ocho hijos de edades comprendidas entre los 3 y los 20 años. Es de Rafah y aún vive en Rafah: «mis hijos desarrollaron signos de desnutrición, sobre todo en los primeros cuatro meses. Perdieron mucho peso, no tenían energía para jugar. Incluso su piel empezó a ponerse amarillenta por falta de hierro y azúcar. A mi hijo de 10 años empezaron a salirle grietas en la piel, sobre todo alrededor de los ojos».   

Save the Children cuenta que el tratamiento precoz es fundamental para tratar la desnutrición y evitar que los niños y niñas se enfrenten a secuelas para toda la vida, como retraso en el crecimiento físico y deterioro cognitivo que afecta a su memoria y a su capacidad de aprender en la escuela.   

El Gobierno de Israel retrasa y deniega la entrada de suministros vitales que podrían utilizarse para tratar a los niños y niñas desnutridos. Durante días, semanas o incluso meses, se impide la entrada en Gaza de alimentos y artículos médicos esenciales. A otros, las autoridades israelíes les niegan totalmente la entrada, incluso si son botellas de oxígeno, ventiladores y purificadores de agua. Los lanzamientos aéreos no pueden eludir estas restricciones, ya que la asistencia especializada que necesitan los niños y niñas desnutridos no puede lanzarse, y el consumo de los tipos de alimentos que pueden lanzarse puede poner en peligro la vida.    

Los ataques a los trabajadores humanitarios y a la distribución de alimentos hacen que la entrega de ayuda sea insegura, lo que restringe aún más una respuesta humanitaria ya de por sí paralizada. Save the Children califica lo ocurrido ayer de «una tragedia indescriptible que el personal de World Central Kitchen, como tantos otros trabajadores humanitarios, hayan perdido la vida mientras salvaban a otros. La labor de los trabajadores humanitarios en la Franja de Gaza es vital, están protegidos por el derecho internacional humanitario. El patrón de ataques contra los trabajadores humanitarios es un ultraje».  

El director del Territorio Palestino Ocupado, Xavier Joubert, ha declarado que «estamos asistiendo a una aniquilación del bienestar físico y mental de los niños y niñas de la Franja. El ritmo al que han sido empujados al borde de la muerte -y más allá- en los últimos seis meses es asombroso. Es inconcebible que alimentos, productos nutricionales y suministros médicos que salvan vidas se encuentren en la frontera, a sólo unos kilómetros de donde los niños y niñas mueren innecesaria y dolorosamente de desnutrición. El hambre nunca debe utilizarse como arma de guerra. Ya han muerto 27 niños por inanición y enfermedad; si el mundo no actúa ahora, incontables niños y niñas más se sumarán a esa cifra».    

Save the Children concluye recordando que el Consejo de Seguridad de la ONU ya ha exigido un alto el fuego temporal, que debe aplicarse ahora y mantenerse definitivamente y que «el Gobierno de Israel también debe permitir la entrada en la Franja de Gaza de equipos médicos, suministros y medicamentos que salven vidas para evitar que más niños y niñas mueran a causa de la desnutrición y las enfermedades».  

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