Héroes subestimados: las historias más increíbles e inesperadas del fútbol

por Redacción Deportes

A lo largo de la historia del fútbol los aficionados han sido testigos de jugadores con grandes carreras que han brillado en momentos importantes, mientras otros han sucumbido a la presión que ejercen sobre ellos las instancias decisivas. Sin embargo, también ha habido futbolistas cuyas trayectorias no fueron las más sobresalientes, o simplemente no eran las estrellas de sus equipos, pero aun así besaron al destino y su nombre pasó a la historia.

Juliano Belletti

Juliano Haus Belletti fue un lateral derecho brasileño cuyas actuaciones en el Sao Paulo, a principios de siglo, llamaron la atención del Villarreal español. Con el “submarino amarillo” Belletti brilló, ayudando a convertir a su equipo en uno de los mejores de La Liga, lo que enseguida atrajo la atención de los grandes clubes europeos. Su facilidad para incorporarse al ataque y excelente físico fueron algunas de las muchas razones que llevaron al Barcelona a hacerse con sus servicios.

Belletti jugó más de cien partidos como blaugrana, pero el más especial fue el celebrado el 17 de mayo de 2006, en el Stade de France, contra el Arsenal. Juliano no comenzó de titular ese encuentro, pero entró en la segunda parte para reforzar el equipo. 

En aquel momento, encima del césped de París estaban jugadores de muchísimo nivel ofensivo como Thierry Henry, Freddy Ljunberg, Ronaldinho, Deco o Samuel Etoo; pero la gloria le esperaba a Belletti, quien apenas diez minutos después de ingresar como cambio, marcó su único gol como culé, para de esta forma darle al FC Barcelona su segunda Liga de Campeones.

Basile Boli

Nacido en Costa de Marfil, pero naturalizado francés, Basile Boli tuvo una exitosa carrera como defensor central, miembro de algunos de los mejores equipos franceses de los 80 y 90 del pasado siglo, en especial el AJ Auxerre y el Olympique de Marsella.

En el cuadro marsellés formó parte de la generación dorada del club, época en la que dominaban a nivel local y competían por los principales títulos europeos. Con aquel equipo del Olympique, liderados por figuras de renombre como Didier Deschamps, Rudi Voller o Marcel Desailly, Boli alcanzó a jugar la final de la Liga de Campeones del año 1993.

El AC Milán era el equipo a vencer, uno de los conjuntos más fuertes de la época, y el Marsella no falló en su empresa de hacerse con la victoria, con un único tanto que no salió de los botines de ninguna de sus grandes figuras, sino de Basile Boli.

Jimmy Glass

El inglés Jimmy Glass se retiró a los 27 años luego de haber jugado un total de 169 partidos en los que anotó un solo gol; estadísticas nada negativas para un portero como él.

Glass tuvo su momento de fama en el último encuentro de la temporada de 98-99, cuando su equipo, el Carlisle United, se enfrentaba al Plymouth. El Carlisle se encontraba en una situación crítica, obligados a ganar para evitar el descenso y la posible desaparición del club.

El partido marchaba igualado a un gol a falta de diez segundos para finalizar cuando Glass, ungido de esperanza, subió a rematar un córner. En la última acción del juego, luego de un rebote, Jimmy anotó el tanto del triunfo, salvando al Carlisle y siendo ovacionado por unos fanáticos que invadieron el estadio McCain.   

Kingsley Coman

La UEFA Champions League es el máximo evento televisado de fútbol del mundo a nivel de clubes, y el francés Kingsley Coman escribió su nombre con letras doradas en los libros de esta competición.

El Bayern de Múnich de la temporada 2019-2020 era una verdadera aplanadora. Su juego ofensivo les permitió arrasar durante temporada en cuanto torneo disputaron, incluida la Liga de Campeones, competición que ganaron al vencer por 1-0 al Paris Saint-Germain francés.

A pesar de contar con un ataque encabezado por el mejor delantero de ese momento, el polaco Robert Lewandowski, y otros jugadores de gran nivel como Serge Gnabry, Ivan Perisic o Phillipe Coutinho, el héroe de la final fue un jugador que había sido suplente la mayor parte del campeonato debido a lesiones y su rendimiento irregular.

El francés Kingsley Coman, otrora canterano del PSG, no había sido titular en los cuartos de final, ni semifinales; pero apareció cuando nadie más lo hizo en la final, y su tanto sirvió para darle el ansiado triunfo a los bávaros. 

Angelos Charisteas

El “ángel griego” fue un buen delantero que militó en clubes importantes como Werder Bremen, Ajax y Schalke 04. En estos equipos ganó títulos importantes como una Bundesliga y dos copas alemanas, pero nunca destacó como un goleador prolífico. Sin embargo, a nivel de selección fue un fijo en el equipo nacional de su país, donde protagonizó una de las mayores hazañas en la historia del fútbol.

La final de la Eurocopa del año 2004 enfrentaba a dos selecciones muy distintas. Por un lado, la anfitriona Portugal destacaba por su juego vistoso y un cuadro repleto de estrellas mundiales como Luis Figo, Cristiano Ronaldo o Rui Costa; por el otro, la selección griega llegaba a aquella instancia con un equipo rocoso, duro en defensa.

Si había un jugador helénico que podía anotar un gol en aquella final era Charisteas, pero lo impensable para todos los expertos y aficionados era que aquel tanto de Angelos al minuto 57, que ponía el resultado en directo 1-0, fuese el definitivo del partido. En toda Grecia los aficionados que observaban el partido por televisión gritaron aquel gol de Charisteas.

De esta forma la selección grieda logró lo impensado al titularse campeón de Europa a nivel de selecciones. Una de las mayores hazañas en la historia europea de este deporte.   

Éder

El año 2016 nunca será olvidado por el futbolista portugués Éder. A nivel de clubes vivió una temporada para el olvido por sus pésimas actuaciones en el Swansea, quiénes lo terminaron cediendo al Lille francés. Ahí logró alcanzar un buen ritmo de juego, lo que le permitió ser convocado (a falta de otras opciones) por Fernando Santos para formar parte de la selección portuguesa en la Eurocopa de ese año.

Portugal consiguió acceder a la final, pero en el minuto 25 del partido una lesión provocó que Cristiano Ronaldo, estrella y capitán del equipo, abandonara el juego. En la banca, según cuenta Éder, Cristiano le dijo que él entraría de cambio y decidiría el partido con un gol.

Éder, que solo había disputado un puñado de minutos en todo el torneo, sustituyó en el minuto 79 a Renato Sánchez. En el minuto 109 de la prórroga disparó desde fuera del área, a la base del palo izquierdo; un disparo que el portero francés no pudo detener. Aquel gol lo colocaría en los libros de historia para siempre al concederle el primer título a la selección lusa. La imagen de Cristiano Ronaldo celebrando el gol de su compañero en la banda constituyó uno de los mejores highlights del partido. El fútbol nos ha regalado momentos sorprendentes donde los jugadores menos pensados se han transformado en protagonistas de la historia. Ya sea decidiendo finales o evitando descensos, estos cracks han quedado en la memoria futbolera popular como auténticos héroes. Y aunque sus carreras no hayan sido las más brillantes, supieron estar en el momento y lugar adecuado para ganarse lo más importante: el cariño de la afición.

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