Las piezas fueron fabricadas por Metalúrgica Gallega en el polígono de Sabón, contiguo a la dársena de Punta Langosteira
El Puerto Exterior de A Coruña ha acogido esta semana una nueva operativa singular de estiba. El buque Schokland ha embarcado seis grandes estructuras de bombeo diseñadas para evitar inundaciones en los Países Bajos durante los próximos cien años.
La operación ha sido coordinada por Pérez Torres Marítima, empresa que ha ejercido como consignataria del buque y estibadora de la carga, con los medios mecánicos de última generación que tiene en Punta Langosteira.
El transporte de las estructuras corresponde a un encargo del Gobierno de los Países Bajos a la multinacional Flowserve, líder en la fabricación de sistemas de control de caudales, ante la posibilidad de que los actuales sistemas de contención del mar sean insuficientes por la subida del nivel del mar que se prevé a lo largo del siglo XXI.
Flowserve encomendó parte del trabajo a la empresa coruñesa Herederos de Ignacio de la Iglesia, conocida como Metalúrgica Gallega, que cuenta con una fábrica en el polígono de Sabón, contiguo al Puerto Exterior. El proyecto comenzó a desarrollarse hace cuatro años.
Las piezas fueron construidas en las instalaciones de Metalúrgica Gallega y ensambladas durante las últimas semanas en el Puerto Exterior. Ayer se realizó la operación de embarque en el Schokland, y el buque zarpó a última hora de la tarde con destino al puerto de Rotterdam. El peso total de las estructuras es de 90 toneladas, a los que se suman otras 42 toneladas de la plataforma habilitada para el transporte.
Según explicaron fuentes de Metalúrgica Gallega, el hecho de contar con el Puerto Exterior a pocos metros de su fábrica fue determinante para poder asumir el encargo, ya que el tamaño de las piezas haría inviable su transporte por carretera. Son los mayores equipos de bombeo de Europa para el control de inundaciones.
No es la primera vez que las instalaciones de Punta Langosteira albergan estas operativas de project cargo. De hecho, por su superficie terrestre, los calados superiores a 20 metros y su conexión directa con el polígono de Sabón y la red de autovías, el Puerto Exterior presenta óptimas condiciones para el embarque o desembarque de piezas especiales.
Así, la fábrica de Horta Coslada, situada en Sabón, exportó por el Puerto Exterior piezas para la construcción de sendos puentes en Rumanía y Colombia, un conjunto de estructuras metálicas para las islas Canarias y seis pontonas para una explotación minera en Senegal.
Fueron también muy espectaculares la fabricación en el propio puerto, y su posterior transporte en buques semisumergibles, de los grandes cajones de hormigón que se utilizaron para la ampliación del puerto de Aberdeen, en Escocia, y del aeropuerto de Manila, en Filipinas.