Bad Ragaz, una pintoresca ciudad suiza, y Vaduz, la capital de Liechtenstein, están siendo testigos de una exhibición única que está cautivando a los espectadores con su imponente presencia y su profunda expresión artística. Entre los destacados escultores que participan en esta muestra, se encuentra el español Xavier Mascaró, cuya obra «Guardianes» está dejando una marca indeleble en el paisaje artístico de la región
AlejandraPlaza.Zúrich. En un viaje a través de la expresión artística contemporánea, la ciudad suiza de Bad Ragaz y Vaduz, en Liechtenstein, se convierten en epicentros de la escultura con una exposición que presenta obras de diversos artistas de renombre internacional. Entre estos destacados escultores se encuentra Xavier Mascaró, un artista español cuya obra «Guardianes» cautiva al espectador con su monumentalidad y su profundo significado. Xavier Mascaró, nacido en París en 1965, tiene raíces profundas que se entrelazan con la cultura francesa, rumana y catalana. Sin embargo, es en España donde encuentra su hogar desde una edad temprana, trasladándose con su familia en 1968. Desde entonces, su viaje artístico ha sido tan diverso como fascinante.
Los inicios de Mascaró en el arte se remontan a 1979, cuando comenzó a explorar la pintura y el grabado de forma autodidacta. Su pasión y talento lo llevaron a la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, donde estudió entre 1983 y 1988, especializándose en pintura. A pesar de no asistir regularmente a clases, su compromiso con su arte no menguó, dedicándose a pintar en su taller del barrio gótico de Barcelona. Fue en 1989 cuando Mascaró incursionó en el mundo de la escultura, también de manera autodidacta al principio, creando sus primeras piezas en yeso y bronce. Con el tiempo, el hierro se convirtió en uno de sus materiales predilectos, comenzando a fundirlo en 1995 para dar vida a sus monumentales obras.
La trayectoria internacional de Mascaró se consolidó en 1996, año en que abrió su primer taller en Nueva York, desde entonces ha vivido entre varias ciudades del mundo, incluyendo Madrid, Londres y la Ciudad de México. Su obra ha sido exhibida en importantes galerías y museos de todo el mundo, desde Nueva York hasta Dubai, pasando por ciudades como París, Londres y Buenos Aires. La exposición de Bad Ragaz y Vaduz no es más que otro hito en la carrera de este prolífico artista. Sus «Guardianes», imponentes y llenos de significado, invitan al espectador a reflexionar sobre la memoria y la tradición. Estas esculturas totemistas, creadas con materiales como el bronce, el hierro, la resina y la piedra, encarnan la esencia misma del trabajo de Mascaró: una exploración de las formas y los materiales que despiertan emociones y cuestionan nuestra percepción del mundo que nos rodea.
En un mundo cada vez más digitalizado, donde la experiencia artística puede ser efímera y superficial, las obras de Mascaró ofrecen un ancla tangible a la realidad, una oportunidad para detenerse, reflexionar y sumergirse en la profundidad de la creación humana. En Bad Ragaz y Vaduz, los Guardianes de Mascaró se erigen como testigos silenciosos de nuestra historia y nuestro presente, recordándonos la importancia de la conexión con nuestro entorno y nuestra propia humanidad.