Las tres Torres «cerradas» de Mens

por Óscar de Souto

En el concello de Malpica de Bergantiños, se encuentra el buen caminante con las tres Torres de Mens, uno de los castillos construidos para el control de la “Costa da Morte” por la nobleza de la zona. La familia que ordenan su primera construcción conocida, fueron los Moscoso, una de las familias más famosas en la historia de Galicia, a comienzos del siglo XV. Sobre un castro, y con foso incluido, se alzaba un castillo feudal, pero la revuelta de los Irmandiños gallegos arrasó este castillo y todo lo que pillaron a su paso, no quedó piedra sobre piedra.
Derrotados los irmandiños en 1469, con ayuda de las tropas del Rey de las Castillas, la familia Moscoso regresan a sus feudos en ruinas. López Sánchez de Moscoso, primer conde de Altamira, retorna a su señorío y levanta una pequeña parte, de lo poco que dejaron los rebeldes. En 1871 la familia feudal, con problemas de bolsillo roto, venden a precio de ganga el patrimonio de los Altamira en Galicia. En 1872 se hace con el medio-castillo de Mens, Pedro de Abelenda y Díaz de Andrade, una familia arraigada en Galicia, bisabuelo del actual propietario, Agustín Ordóñez, que en 1988 rehabilita, bajo la dirección del arquitecto Manuel Gallego Jorreto, el castillo de las tres torres, recibiendo en el año 1993 el premio Europa Nostra, por el trabajo realizado en la rehabilitación.

En el año 1949 fue declarado monumento histórico nacional y en 1994 fue declarado Bien de Interés Cultural.

Al ser declaradas las torres Bien de Interés Cultura (BIC) como otros muchos edificios del patrimonio de Galicia, sus propietarios están obligados a abrir cuatro días al mes …..”La ley no se negocia y establece que, cuando se trate de edificios BIC, se permitirán visitas públicas y gratuitas al menos cuatro días al mes, en días y horas señalados, una información que debe ser pública y accesible”.

Pero, por las quejas de los especialistas en esta materia, presuntamente no existe visita registrada, y salvo que vuelvan los Irmandiños a tomar por asalto el muro, ya sin foso ni guardias con espada, no parece que tengan interés los propietarios de abrir al público sus tres torres cerradas. Esas verjas con las que tropieza el peregrino, que al pasar por Mens, solo lleva de recuerdo una foto de…. “cuidado con el perro”.

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