Le he ganado una apuesta a Antón Losada y a todos quienes decían que Sánchez iba a dimitir. Los políticos, como decía Tarradellas, no dimiten nunca. Los de verdad.
Su intervención ha sido impecable desde el punto de vista de limpiar la cloaca española. Y ha dicho que lo ocurrido no será un punto y seguido, sino un punto y aparte. Y ha logrado que su talón de Aquiles, la credibilidad tan puesta en cuestión por él, gane algunos puntos.
Pues bien, Pedro, hazlo de verdad y lee lo que pidió Xabier Arzalluz en su día. Crear en una de las Salas del Supremo una sección que trate los delitos de injurias y calumnias. Juicios rápidos y con multa, algo que impidió el llamado Sindicato del Crimen y un melifluo PSOE que ahora paga las consecuencias. Sánchez ha logrado irritar a un más al PP que lo va a hacer más odioso y extremo y yo, en su caso, haría, como Giorgia Meloni, encabezar las listas europeas y convertir lo ocurrido en una especie de plebiscito.
El PSOE es también culpable de esta situación. Suárez la sufrió incluso con un golpe de Estado y el mundo vasco, también, a pesar de que yo estuve en La Zarzuela llevando al rey Juan Carlos una carta del presidente del EBB pidiendo moderara a Aznar y a Mayor Oreja. La gente se olvida de todo. Y es que el rey, que tiene atribuido moderar y arbitrar, ni arbitra ni modera nada. Es un pasmarote. Don Tancredo.
Vienen tiempos movidos, pero hay que tener, sobre todo, las ideas claras, pues, el facherío va a rugir más que la marabunta.