Aunque el final de temporada del primer equipo fue más light de lo esperado, ya que opinaba, de no tener un pequeño golpe de suerte, el Lugo se jugaría la permanencia en las últimas jornadas, después de una temporada esperpéntica con cambio de entrenadores. El cese de Pedro Munitis con nocturnidad, cuando estaba realizando bien su trabajo con un equipo en construcción, ha sido una de las mayores payasadas de la propiedad. La casa de los truenos de la familia rojiblanca, sigue de moda.
En el primer equipo, la propiedad está preparando un casting para el banquillo del primer equipo, con un perfil determinado y que sea muy dócil, de lo contrario, el triturador de entrenadores lo meterá en la máquina, ya que en los años que lleva en el club, salvado Alberto Monteagudo, nunca se dieron tantas características negativas como con Roberto Trashorras. Nulo conocimiento de la categoría, lectura similar de todos los partidos, sin ningún tipo de variante táctica y con la única premisa de si gana, es debido a que el rival es mucho peor, caracterizado por la prepotencia en ruedas de prensa y vestuario y tratar de analfabetos futbolísticos a los aficionados rojiblancos.
En la base, el circo de los muchachos continúa, ya que en la semana anterior descendió el equipo Juvenil de División de Honor, en una mala temporada motivado por las continuas intromisiones de la coordinación, continúas intromisiones de las familias en las alineaciones y la marcha de varios jugadores. Aun así, el esperpento se daba hace unos días, en un cálculo erróneo, contando que el equipo Juvenil A, con el empate y el resultado del Veriña, estaba salvado, pero el desconocimiento de la competición, de las normas, les jugó una mala pasada y pensando que estaban salvados, estaban descendidos. Es difícil en ocasiones ser más incompetentes. La culpa no es del entrenador, sino de quienes dirigen el fútbol base.
Una semana después, el esperpento se produjo de nuevo en un partido de cadetes de Liga Gallega, entre la Residencia y el Lugo B, en el que se jugaban el descenso y perjudicaron evidentemente a terceros, con espectadores en la grada / enviados especiales de los equipos coruñeses que se jugaban el descenso con estos dos equipos.
El levantar el pie del acelerador puede darse y es difícil de demostrar en ocasiones, ya que hay expulsiones, penaltis o goles en propia puerta, pero lo que es deplorable y denunciable, es el escándalo montado por varios miembros del cuerpo técnico del Lugo, no del equipo cadete B, sino del club, gritando despavoridos a viva voz, corriendo por la zona del portero del Lugo, volviendo a gritar para que se dejaran marcar un gol , ante el asombro de los presentes en la instalación. Una de las personas involucradas, casualmente días antes, promocionaba en las redes sociales del club una conferencia de valores en la Diputación de Lugo, además de ser una trabajadora del CD Lugo y propugnar una serie de hábitos, supuestamente. ¡Vaya nivel! Es difícil hacer peor las cosas. Los otros miembros, del cuerpo técnico rojiblanco e involucrados de manera directa en la cama que le hicieron a Enrique Sanfiz y a Roberto Fernández.
Dentro de la cantera rojiblanca, hay una clara ebullición con personas posicionándose para buscar el poder de la base, aunque la verdad con poca preparación, pero en la incompetencia, la casi nada puede brillar. Si hay miembros de la cantera buscándose una salida para hacer scouting en Primera RFEF, para un recién ascendido, otros quieren seguir chupando del bote del presidente.
En este último párrafo, le ahorramos a Diego Sánchez, coordinador en funciones de la cantera y que será posiblemente cesado en breve, para evitar que haga llamadas, mande mensajes, etc. La información de estas últimas «películas», salen de personas involucradas en los equipos que peleaban por el descenso, por parte de familiares de los jugadores de los dos equipos que jugaban y las informaciones de show Lugo Bansander, pues son el hazmerreír de diferentes grupos de entrenadores de Coruña, Ourense, de algunos colegas cercanos, de Asturias y Cantabria. Por cierto, tengan cuidado, los enemigos están en casa, no son ni los medios de comunicación, ni las peñas, ni las redes sociales. Analicen y vean.
Señor Saqués, reflexione un poco antes de hundir aún más el chiringuito.