La ofensiva israelí en Rafah puede exacerbar el riesgo de una escalada de tensiones regionales, sobre todo a través de la Línea Azul con Líbano, alerta el enviado para la paz en Medio Oriente, y advierte que la urgencia de salvar vidas y atender las necesidades vitales de los palestinos no debe ser motivo para que se descuide la necesidad de resolver el conflicto y conseguir la paz y estabilidad a largo plazo
La embestida militar de Israel en la ciudad gazatí de Rafah ha agravado una situación de por sí desesperada y peligrosa de una población sitiada desde antes de esa nueva ofensiva, dijo el coordinador de la ONU para el Proceso de Paz en Medio Oriente al Consejo de Seguridad.
Tor Wennesland participó por teleconferencia desde Jerusalén en una sesión del órgano resolutivo sobre la crisis en Gaza para subrayar que se avecina una catástrofe aún mayor en ese territorio palestino dado el estancamiento de las conversaciones entre las partes para conseguir la liberación de los rehenes y un alto el fuego que brindara alivio a la población civil.
El diplomático conminó a los actores del conflicto a reanudar sin dilación y de buena fe esas negociaciones, rotas el 9 de mayo sin un acuerdo.
Wennesland expuso las terribles condiciones humanitarias que afrontan los palestinos de la Franja de Gaza, particularmente los que se habían desplazado a Rafah en busca de refugio y que ahora huyen sin saber a dónde ir a causa de la arremetida israelí, y citó los cierres de los cruces de acceso al territorio palestino y otros múltiples obstáculos que impone Israel impidiendo la entrada de suministros vitales para la población.
“Salvar vidas y atender las necesidades críticas en Rafah y, en términos más amplios de Gaza, debe seguir siendo nuestra prioridad inmediata”, enfatizó el enviado de la ONU, recalcando la necesidad imperiosa de aumentar masivamente la ayuda humanitaria para Gaza.
Amenazas a perspectivas de resolución
Pero no por eso debemos perder de vista “los riesgos que estas amenazas inmediatas plantean para las perspectivas de una resolución de este conflicto y de paz y estabilidad a largo plazo en la región”, añadió.
En este sentido, Wennesland advirtió que la ofensiva israelí en Rafah podría exacerbar el peligro de una escalada de las tensiones regionales, sobre todo en la Línea Azul con Líbano.
Del mismo modo, reiteró que “no puede haber una solución a largo plazo en Gaza que no sea fundamentalmente política”.
Nuevo Gobierno palestino
Al referirse al nuevo Gobierno palestino, que incluye a ocho ministros gazatíes, afirmó que representa una oportunidad importante para apoyar medidas tangibles hacia la unificación política, económica y administrativa tanto de Gaza como de la Cisjordania ocupada.
Wennesland instó a la comunidad internacional a apoyar a este Gobierno para que aborde sus desafíos fiscales, fortalezca su capacidad de gobernanza y reasuma sus responsabilidades en Gaza con vistas a gobernar todo el territorio palestino ocupado.
Agregó que la devastación y la miseria de los últimos siete meses demuestran que los palestinos y los israelíes no pueden esperar más para poner fin al conflicto y establecer una solución de dos Estados. “Día tras día somos testigos de las consecuencias mortales de la inacción”, concluyó.
Catástrofe y cosas peores
La directora de Operaciones de la Oficina de la ONU para Asuntos Humanitarios (OCHA), Edem Wosornu, sostuvo que el mundo se está quedando sin palabras que puedan describir lo que está pasando en Gaza.
“Lo hemos descrito como una catástrofe, una pesadilla, un infierno en la tierra. Es todo esto y peores cosas”, recalcó ante el Consejo.
Wosornu especificó que 1,1 millones de gazatíes enfrentan niveles catastróficos de hambre y que la Franja entera continúa al borde de la hambruna, además de que más de 35.000 personas han muerto y más de 79.000 han sido heridas desde el 7 de octubre.
Recordó que en las últimas dos semanas, más de 800.000 personas han sido desplazadas de Rafah a otras zonas de Gaza en busca de seguridad.
La alta funcionaria señaló que el derecho internacional establece que se debe permitir que los civiles busquen protección mientras haya conflictos y que, igualmente, se debe a los desplazados garantizar el derecho de regresar a sus comunidades forzadamente.
Detalló que los desplazados de Rafah buscan refugio en Khan Younis y Deir al Balah, ciudades en las que hallan con situaciones horrendas ya que tienen una infraestructura sumamente limitada y carecen de letrinas, puntos de acceso al agua, drenaje y albergues adecuados.
Los alimentos se echan a perder del lago egipcio
Wosornu informó que con el cierre del cruce de Rafah, unas 82.000 toneladas de suministros están varadas en el lado egipcio, donde los alimentos se están echando a perder y los medicamentos caducan.
“La incursión terrestre en Rafah está magnificando los impedimentos a un operativo de ayuda ya frágil y asediada”, apuntó.
La directora de Operaciones obvió en gran parte hacer una lista de las necesidades en Gaza a los integrantes del Consejo “porque las han escuchado antes”, pero hizo hincapié en que urge facilitar el paso rápido y sin obstáculos de la ayuda humanitaria a Gaza y su distribución una vez dentro de la Franja.
Urge el financiamiento
Asimismo, pidió protección para el personal humanitario y que se aporten los fondos que precisa la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) para sus tareas de socorro toda vez que sólo ha recibido el 23% de los recursos que solicitó para este año.
Para terminar, Wosornu aseveró que sólo un alto el fuego y el cese de la ofensiva en Rafah permitirá la protección de los civiles, la creación de las condiciones para proporcionar asistencia humanitaria en una escala suficiente y frenará el creciente número de víctimas en Gaza.
“Nuestro principal llamamiento hoy es que las partes avancen de verdad y con carácter de urgencia hacia un alto el fuego y la liberación de los rehenes y que el Consejo de Seguridad y todos los Estados miembros [de la ONU] usen su influencia para poner fin a esta catástrofe humanitaria”, concluyó.
Foto portada: UNRWA