Los epidemiólogos alertan del riesgo del aumento de enfermedades y de desigualdades por el cambio climático

por Redacción Nacional

 Los retos a los que se enfrenta la vigilancia en salud pública en el momento actual, marcado por los cambios globales, han protagonizado la X Jornada sobre Vigilancia en Salud Pública organizada por el Grupo de Trabajo Sobre Vigilancia en Salud Pública de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE).

El Instituto de Salud Carlos III ha acogido esta sesión titulada ‘La vigilancia de la Salud Pública ante el cambio global’, en la que se ha reflexionado sobre el proceso de globalización, el cambio climático y los rápidos avances tecnológicos, y los efectos de todo ello en la salud de las personas. Y en la que se ha explicado que la salud humana va a depender de la gestión que se haga del medio ambiente y de los animales. 

Así, en la primera mesa, los expertos y las expertas han abordado la relación entre el cambio climático y las enfermedades, analizando el impacto en las enfermedades transmisibles, la resistencia a los antifúngicos -fármacos que evitan y eliminan los hongos- y las desigualdades en salud provocadas por el calentamiento global.

En este apartado se ha puesto atención sobre la criptosporidiosis, una enfermedad intestinal causada por el parásito Cryptosporidium, , cuya incidencia puede haber aumentado por la crisis climática. Los últimos brotes se han relacionado con aguas de uso recreativo, especialmente en los meses veraniegos. Entre los efectos del calentamiento global, está el riesgo global de enfermedades por transmisión hídrica, incluyendo la criptosporidiosis.

Por estos motivos, los expertos recomiendan intensificar la vigilancia de esta enfermedad en nuestro país, establecer protocolos de vigilancia ambiental y promover estudios de investigación que combinen datos epidemiológicos, microbiológicos y meteorológicos.

Se espera un aumento de la circulación del virus West Nile en España

El virus West Nile y su incidencia en España ha sido otro de los asuntos tratados en la jornada. Los expertos han estudiado los efectos de la temperatura y la precipitación sobre los vectores, señalando que cuánto más elevadas son las temperaturas mínimas, más alta es la prevalencia del virus West Nile en la primavera y el verano siguiente.

Si bien la incidencia en humanos no va a aumentar en el mismo nivel que lo está haciendo en los animales estudiados, como caballos y focas, los investigadores advierten de que la circulación de este virus sí que se va a incrementar. Por ello es necesario una gestión adecuada de los mosquitos para evitar su proliferación y conseguir que no se produzcan tantas infecciones en humanos. 

También preocupa la resistencia a los antimicrobianos, resaltando en una de las charlas la preocupación por el aumento de incidencia de hongos resistentes a los antifúngicos, que matan a más de 3,5 millones de personas y afectan a más de mil millones de individuos. De hecho, Candida auris, es la primera causa de infección invasiva en muchos hospitales de EEUU. En España, se calcula que un 6,6% de los pacientes son resistentes a Aspergillus fumigatus.

Se ha hecho también una reflexión sobre cómo la distribución de estos procesos globales no es homogénea y los efectos de los cambios globales y del cambio climático agudizan todavía más las desigualdades y hacen que la población a riesgo sea todavía más vulnerable.

Ante esta problemática, los expertos apuestan por un mayor liderazgo y compromiso político, una gobernanza global y soluciones One Health para poder afrontarla. 

Tecnología y vigilancia

La segunda mesa ha girado en torno a cómo incorporar en vigilancia en Salud Pública las oportunidades y retos que plantean las crecientes capacidades en diagnóstico microbiológico, los lagos de datos (data lake) o la inteligencia artificial.

Además, han reflexionado sobre el papel de la vigilancia en la salud pública en la lucha contra la desinformación y la infodemia. Y es que, la web 2.0 y las redes sociales han generado un usuario activo, que interactúa y es protagonista en el proceso de comunicación. A la vez, se ha producido un cambio en el rol del paciente, que ya no es un sujeto pasivo, convirtiéndose en un paciente «experto, activado y empoderado». 

En este nuevo escenario surgen también nuevos retos o riesgos como el exceso de información o la información falsa, que provoca confusión, genera desconfianza y socava la respuesta de la Salud Pública. Por ello se ha hecho un llamamiento a la comunidad científica para revisar cómo se relaciona con la sociedad para que sus mensajes lleguen de manera clara, cercana y rigurosa, así como a trabajar en la transparencia, democratizar el conocimiento y participar en la divulgación. Para luchar contra el exceso de información y la infodemia, los y las expertas han animado a apostar por la comunicación científica en salud pública mediante equipos interdisciplinares formados por periodistas, científicos, sociólogos, antropólogos e individuos de la sociedad civil.

También ha habido espacio para hablar sobre la aplicación de la IA en la vigilancia en salud pública, acercando a los asistentes el caso del proyecto MarIA, el primer sistema masivo de inteligencia artificial de la lengua española, creado en el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona. 

Por último, se ha hablado sobre los espacios de datos, iniciativas para impulsar la economía basada en datos, con los principios de soberanía, privacidad, transparencia, seguridad y competencia justa, y que pueden generar un gran valor añadido a la vigilancia en salud pública.

En la jornada han participado expertos como Óscar Zurriaga, presidente de la SEE; Marina Pollán, Directora del Instituto de Salud Carlos III; Pedro Gullón, Director General de Salud Pública y Equidad en Salud del Ministerio de Sanidad; Tania Cedeño, Directora del Centro Nacional de Epidemiología (ISCIII); Miriam Navarro, de la Unidad de Epidemiología del Centro de Salud Pública de Elche-FISABIO; Jordi Figuerola, de la Estación Biológica de Doñana-CSIC; Ana Alastruey, del Centro Nacional de Microbiología ISCIII; Annick Lenglet, del International Centre for Antimicrobial Resistance Solutions (ICARS); Alonso Sánchez-Migallón, del Servicio de Epidemiología de la Consejería de Salud de la Región de Murcia; Mª Fe Lapeña Gutiérrez, Subdirectora General de servicios Digitales de Salud del Ministerio de Sanidad; Martin Krallinger, Investigador principal del Life Sciences – NLP for Biomedical del Centro Nacional de Supercomputación; y Débora Álvarez, experta en comunicación científica en Salud. 

Además, Rosa Cano, María José Sierra y Susana Monge, todas del Grupo de Trabajo de Vigilancia en Salud Pública de la SEE, han sido las moderadoras, y Pere Godoy y Pilar Gallego, del mismo grupo, han sido los encargados de clausurar la jornada. 

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