El Auge de Internet
En el año 2000, Internet comenzó a dominar la escena informativa. Compras sonoras, escándalos, «pelotazos», fracasos, virus mortíferos, lucha de operadoras…
Todo giraba en torno a una Red que empezaba a colarse en todos los hogares españoles. En aquel entonces, éramos más de cinco millones de internautas y, a ese ritmo, se esperaba sobrepasar los siete millones a final de año.
La Cultura Online
Si ya somos millones de personas enganchadas a la cultura online, merecemos un mejor trato por parte de todos los agentes que mueven los hilos de la Red: operadoras, tiendas virtuales, proveedores de contenido…
La realidad es que las empresas online están más preocupadas en popularizar su marca o dar un «pelotazo» cada vez más imposible ante el fundado resquemor de los inversores que en dotar de sentido términos tan «infrautilizados» como calidad, servicio, precio o atención al cliente.
El Comercio Electrónico
A pesar de que las tiendas online proliferan, todavía falta mucha seriedad para ganar la confianza del internauta. No precisamente por la seguridad en las transacciones, un capítulo bien resuelto por la mayoría de las entidades financieras. Lo que falta es una logística eficiente que garantice una buena experiencia de compra virtual.
La Conexión a la Red
En pleno año 2000, el módem de 56 K todavía mantenía su validez frente al ADSL, el cable o el satélite.
Muchas operadoras publicitaban servicios, como el ADSL, que todavía no estaban operativos para la gran mayoría de los usuarios. Las operadoras por cable, por su parte, todavía no habían clarificado su oferta de servicios.
La Locura en los Dominios de la Red
A pesar de lo que queda por hacer, sigue la locura en los dominios de la Red. El último movimiento, de todos conocidos por el castigo de los inversores, es la absorción de Lycos por parte de Terra y que configura a la filial de Telefónica como el tercer servidor de contenidos más importante de la Red, sólo superado por AOL y Yahoo.
También se han «juntado» Vodafone y Vivendi, otros dos monstruos empresariales que aspiran a liderar la Red en Europa. Son bodas de conveniencia, normalmente entre operadoras y grandes grupos editoriales, que ratifican el espíritu global de la Red.