La deflación política del Sr. García Page. Por Jesús Antonio Rodríguez Morilla

por Jesús Antonio Rodríguez Morilla

Jesús Antonio Rodríguez Morilla

  • Licenciado en Derecho.
  • Certificado-Diploma de Estudios Avanzados. (Fundamentos de Derecho de la U.E. y problemas actuales en el ámbito del Derecho Público).
  • Licenciado en Ciencias Políticas.
  • Caballero de Mérito por Real Orden Noruega

Según los expertos, la «deflación política» suele ser un término que coincide, bien, con el debilitamiento o disminución del poder político o influencia de un partido, su líder, o ideología específica en un determinado contexto.

Tal deflación política puede conducir a cambios significativos en el panorama político, como la pérdida de elecciones, la caída de gobiernos o la reconfiguración de coaliciones políticas, si fuera el caso.

Allá por septiembre de 2022, redacté para un Medio de Castilla-La Mancha, una Columna titulada: Presidente Autonómico García-Page. Creciente en Protagonismos, menguante en Credibilidad.

Desde entonces, he seguido su trayectoria en sus aproximaciones al Gobierno del Estado, respecto al protagonismo asumido con sus comentarios discordantes dirigidos a la Política presidencial, que hacían presumir una especie de divieso incómodo merodeando al Estatal, expresando ideas, desacuerdos o reproches, coincidente en muchos casos con la opinión de la población civil, lo cual despertaba esperanzas.

Por supuesto, no entro a valorar sus actuaciones en Política Autonómica.

A la hora de escribir estas notas, acude a mi memoria un caso similar. Me refiero a lo sucedido recientemente con el expresidente de Aragón, Lambán, merecedor de encontrarse en los anales recientes de la política como ejemplo de coherencia de un socialista.

Surge, pues, la pregunta obligada. ¿Qué le llevó a mantener a nuestro protagonista sus iniciales principios de partido, contarios a lo públicamente tantas veces manifestado?

No es necesario responder a ello, pues bastaría atenernos al viejo aforismo: “En política, nunca se sabe de qué lado puedes caer”.

Finalmente, confieso desde mi “Pensamiento Cartesiano”, ajustado a la época actual, permanecer bajo los principios establecidos por el filósofo y matemático René Descartes, significando valorar el análisis lógico, la evidencia empírica y la búsqueda de fundamentos sólidos para las creencias y conocimientos, implicando un enfoque crítico y racional hacia la comprensión del mundo y la formulación de argumentos.

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