Contundente y contraria respuesta de España (50.79%)
Jesús Antonio Rodríguez Morilla
- Licenciado en Derecho.
- Certificado-Diploma de Estudios Avanzados. (Fundamentos de Derecho de la U.E. y problemas actuales en el ámbito del Derecho Público).
- Licenciado en Ciencias Políticas.
- Caballero de Mérito por Real Orden Noruega
A medida que se iban conociendo los avances de participación a las 12.00 y 18.00 horas, íbamos adquiriendo la sensación de que, por primera vez, el electorado español tomaría conciencia de la abstención tal y como de lo que realmente trata: un derecho como otro cualquiera.
Es decir, como posición de rechazo, como acción política válida, ya sea, bien, frente a una elección en particular; sistema político en general, o, una situación de falta de garantías democráticas, lo cual contribuiría a subir la abstención en este País.
Así, ha sucedido en la totalidad de las Comunidades Autónomas especialmente en Cataluña y Extremadura, más también en Ciudades Autónomas como Ceuta y Melilla. Repito, casi un 51% de abstenciones.
Los elementos comparativos que utiliza el Gobierno manifestando y mezclando razones coincidentes o no, en elecciones celebradas en 2009, 2014 o 2019, argumentando: más aquí, menos allá; esto sí, pero no, constituyen en opinión del autor, además de actuaciones infantiles, inválidas.
Lo anterior, debido a que en la situación política que se encuentra España lamentablemente hay que atenerse a las circunstancias que rijan en cada momento, quedando expectantes las influencias que puedan sobrevenir sobre las elecciones a expensas de lo que acontezca, si es el caso, pero difícilmente evaluando lo que ocurrió lustros atrás.
Por otro lado, las listas españolas de candidatos a la U.E. podrían calificarse de “bis” o “ter”, por sus parecidos componentes, ideas y mismos Partidos Políticos participantes, es decir, más de lo mismo conocido. La participación cae en todas las regiones, especialmente en Cataluña y Extremadura
Lo importante de todo lo anterior es la esencia de que el electorado dispone de más fuerza, mediante un distanciamiento pacífico y ausencia ante cualquier “avería” que pretendan asignarle periódicamente los partidos políticos.
O sea, si logramos convencernos a nosotros mismos que deben ser los políticos los que inicien y mantengan el ejemplo de la regeneración política, no los ciudadanos, un servidor nunca tendrá la menor duda del camino a seguir.
Por último, si me permiten la licencia no hubo ningún “Tornado” sobre Sánchez, tampoco nada que amerite un plebiscito sobre su oponente, y posiblemente el “affaire” conyugal, no vaya a pasar de una de otras tantas similares, según el tiempo en que les toque gobernar.