El consumismo como instrumento del Poder Blando. Por Germán Gorraiz

por Germán Gorraiz López

Analista

El soft power o Poder blando es un término usado en relaciones internacionales para describir la capacidad de un actor político, como por ejemplo un Estado, para incidir en las acciones o intereses de otros actores valiéndose de medios culturales e ideológicos, con el complemento de medios diplomáticos frente a formas más coercitivas de ejercer presión, también llamadas poder duro o hard power.

El término «soft power» fue acuñado por el profesor de la Universidad de Harvard Joseph Nye en su libro de 1990 «Bound to Lead: The Changing Nature of American Power», que luego desarrollaría en 2004 en «Soft Power: The Means to Success in World Politics».

Por su parte, el sociólogo y filósofo alemán Herbert Marcuse, en su libro «El hombre Unidimensional (1.964), explica que «la función básica de los medios es desarrollar seudo-necesidades de bienes y servicios fabricados por las corporaciones gigantes, atando a los individuos al carro del consumo y la pasividad política».

Así, el actual sistema dominante o establishment de las sociedades occidentales utilizaría la dictadura invisible del consumismo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico, miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas.

Asimismo,  la propaganda del establishment será dirigida » no al sujeto individual sino al Grupo en el que la personalidad del individuo unidimensional se diluye y queda envuelta en retazos de falsas expectativas creadas y anhelos comunes que lo sustenta», tras conseguir fidelizar a la ciudadanía mediante la droga del consumismo para lograr la posterior pasividad política del individuo y que sería el objetivo confeso del llamado Poder Blando.

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