El fraude se calcula en 5,4 billones de dólares a nivel mundial y el 5% de españoles pierde dinero por estas estafas cada año
En el actual panorama financiero, los delincuentes fiscales digitales aprovechan herramientas asequibles y tecnologías avanzadas para perpetrar diversos tipos de estafas. El aumento de los ataques de fraude de identidad sintética y la evolución de malas prácticas, como la ingeniería social, destacan entre las amenazas. Ante este escenario, Lynx, proveedor de software impulsado por inteligencia artificial (IA) que detecta y previene el fraude y los delitos financieros, se presenta como la solución para frenar estas estafas, con enfoques integrales aún poco utilizados por muchas instituciones financieras en España.
La estafa digital se estima en 5,4 billones de dólares a nivel mundial, con pérdidas considerables. Según el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), durante el primer semestre de 2024, en España se registraron 185.000 ciberataques, un 5% más que en el mismo periodo de 2023. De estos ataques, un 30% fueron dirigidos a particulares. Este escenario de amenazas destaca la urgencia de abordar la ciberseguridad de manera integral para proteger la integridad de las finanzas y los datos personales.
Actualmente, muchas instituciones financieras dependen de análisis de amenazas mediante filtros basados en reglas estáticas, lo que deja vulnerabilidades en la prevención del fraude. En este contexto, depender exclusivamente de enfoques tradicionales puede no ser suficiente para enfrentar las amenazas emergentes en un panorama financiero cada vez más complejo.
En el actual escenario fiscal, los defraudadores están aprovechando herramientas asequibles y tecnologías avanzadas para llevar a cabo diversos tipos de estafas. Por un lado, se observa un aumento en los ataques de fraude de identidad sintética, un método que implica la creación de identidades ficticias mediante el uso de información falsa, lo que permite a los criminales eludir los sistemas de seguridad convencionales. Por otro lado, también están en auge las estafas de ingeniería social, que han evolucionado hacia formas más sofisticadas. En este contexto, los delincuentes utilizan tácticas psicológicas para manipular a individuos y obtener acceso a información confidencial. La persuasión y el engaño son instrumentos comunes en este tipo de ataques, que pueden resultar en la revelación de contraseñas, datos personales o incluso transferencias de dinero no autorizadas.
La IA, desafío y solución en la era de pagos en tiempo real
En 2024, la necesidad de sistemas predictivos y adaptables se intensifica, y la inteligencia artificial (IA) emerge como un activo clave en la lucha contra el fraude financiero, aunque también plantea nuevas amenazas. La IA con algoritmos personalizados, puede rastrear transacciones y ubicaciones para entender cómo las personas usan su dinero. En lugar de reglas inflexibles y obsoletas, las soluciones de IA permiten decisiones precisas que minimizan los falsos positivos y maximizan la seguridad.
Sin embargo, el uso de la inteligencia artificial generativa por parte de los estafadores presenta un nuevo desafío, ya que democratiza la ingeniería social, permitiendo que incluso aquellos menos expertos se hagan pasar por individuos de confianza. Esto genera una competencia directa entre algoritmos de IA para engañar y detectar.
Las soluciones más efectivas en esta era de pagos en tiempo real son los modelos de aprendizaje automático que se actualizan diariamente. Este enfoque garantiza la adaptabilidad a cambios en el comportamiento del cliente, nuevos tipos de fraude y evoluciones regulatorias. Un ejemplo es el «Modelo Adaptativo Diario» de Lynx, que no solo reacciona a las estafas, sino que las interrumpe preventivamente, manteniendo los ecosistemas financieros seguros y en cumplimiento con las normativas.
Dan Dica, CEO de Lynx añade “la integración de información de fraude con aplicaciones móviles se presenta como una iniciativa innovadora. Esto no solo brindaría un contexto más amplio a los usuarios sobre sus transacciones y riesgos asociados, sino que también podría desenmascarar trucos de ingeniería social e identidad sintética.”
En resumen, la adopción de tecnologías emergentes, especialmente la IA, es clave para que la banca aborde con éxito el creciente desafío del fraude financiero y de pagos en un entorno de constante evolución tecnológica. La transformación hacia enfoques predictivos y proactivos será fundamental para garantizar la seguridad en el panorama financiero actual.