El santuario animal “Wendy Clements” saturado por la operación-rescate de crías de gorrión afectadas tras el desastre de La Palma del Condado en Huelva

por Redacción Nacional

Algunas jornadas después de la destrucción masiva de nidos repletos de polluelos de gorrión y jilguero en esta localidad onubense, los pajarillos supervivientes son cuidados con esmero en un dispositivo bautizado como “Operación Gorrión Palmerino”

Solo hace unos días, y a nivel nacional, los medios de comunicación difundían imágenes de lo que los principales grupos ecologistas ya consideran una de las mayores barbaridades contra la avifauna, planificada por humanos, que recuerdan en años.

Centenares de polluelos de gorrión -una especie que despierta la inquietud en colectivos como “SEO Bird Life” por su drástica reducción poblacional en la última década- han terminado siendo lanzados, aun con vida, a contenedores de basura o terminando su existencia devorados, entre estertores de dolor, por hormigas a la vista de los transeúntes.

Presuntamente, el Ayuntamiento de la localidad planificó la poda de las palmeras de la población justamente en el momento crucial de la nidificación de aves. Estas palmeras atesoraban cientos de nidos repletos de polluelos y de nada sirvieron los escritos -previos al desastre- que colectivos ciudadanos registraron en el Consistorio para retrasar algunos días la poda y así permitir sobrevivir a las aves.

Tampoco la insistencia de los Concejales de la oposición política que, con meses de antelación y en Pleno Municipal, solicitaron medidas preventivas para evitar el desastre que se avecinaba, parecieron servir absolutamente para nada.

Esta tragedia ha podido ser visualizada por miles de personas de todo el país tras su difusión en redes sociales y los propios medios de comunicación.

La segunda parte de esta triste historia corresponde a las voluntarias del colectivo ecologista femenino “Mujeres por Doñana” que se han visto, de forma sorpresiva e inesperada, en la situación de tener que alimentar a los muchos polluelos que han sido derivados al Santuario Animal que gestionan en el entorno de Doñana.

Cada jornada en el Santuario, estas mujeres dedican altruistamente su esfuerzo en sacar adelante erizos rescatados de incendios forestales, preocuparse por gallinas ancianas o rellenar de agua los bebederos móviles que gestionan para evitar el sufrimiento a los perros abandonados que transitan la zona, desorientados y acuciados por la tortura del calor y de la sed.

CADA JORNADA LOS PEQUEÑOS GORRIONES SON CEBADOS CON UNA PASTA DE PIENSO DE GATO HUMEDECIDO Y TROZOS DE CLARA DE HUEVO COCIDO

Ahora la llegada de los pequeños gorriones, supervivientes de La Palma del Condado, las obliga a llevar a cabo un protocolo de alimentación que consiste en cinco cebas diarias a cada uno de los polluelos.

El menú de los pequeños huérfanos consiste en una pasta húmeda que confeccionan con pienso de gatos triturado. También les aportan pequeños pedazos de clara de huevo cocido y nutrientes para aves insectívoras. Un esfuerzo enorme pero que se ve recompensado al observar que-prácticamente- todos los polluelos van saliendo adelante y algunos, lo que llegaron más crecidos, ya han sido puestos en libertad.

En un principio, las voluntarias del Santuario, habían planificado devolver a los gorriones recuperados a la propia población de La Palma del Condado, pero finalmente, y tras una reunión, decidieron que este pueblo es el último sitio, después de lo que ha sucedido, donde se debe intentar dar una nueva oportunidad a estas criaturas inquietas y simpáticas.

En unos días, así lo manifiestan, la “Operación Gorrión Palmerino” finalizará con la suelta de los pajarillos que aún quedan en situación de necesidad de cuidados. “Mujeres por Doñana” agradece la gestión de los colectivos ciudadanos de La Palma que han hecho llegar al Santuario “Wendy Clements” las aves recuperadas y que han demostrado, de esta forma, que una gran parte de esta población cuenta con una especial sensibilidad hacia el medio ambiente.

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