Marta Quintana (13/06/2005) procede de las Escuelas de Fútbol AFE, donde ha permanecido cinco años. Recuerda que “empecé en un equipo de chicas de mi barrio. Empecé a interesarme por el fútbol con 9 años; en mi casa pensaban que era una actividad escolar más, como el baile, y no me hicieron mucho caso. Pero mi hermano mayor, que sigue jugando a fútbol, metió presión para que me apuntaran y así fue”. “Al principio me costó un montón encontrar equipo, había muy pocos o te quedaba muy lejos de casa. Em fin, en el fútbol femenino hay que hacer sacrificios”, añade.
“En Sesiones AFE nos dan todo tipo de facilidades y nos enseñan cuestiones tácticas aparentemente básicas, como los perfiles, que ya tendríamos que tener interiorizado y me está viniendo muy bien”, dice Marta, que explica que “juego de extremo y delantera. De extremo hay que correr mucho más, mientras que en punta soy muy luchadora, trabajadora, no me suelo frustrar si no me sale algo, lo sigo intentando. Como extremo destaco por la velocidad, aunque ahora me siento más cómoda de delantera. Aquí prefiero no encontrarme con Zahira, que es muy buena defensa, no pasa nadie ante ella”.
Neymar
“Voy a recordar siempre el grupo que hemos formado aquí, lo que hemos aprendido sobre nutrición, formación física, etc.”, comenta sobre las Sesiones AFE.
“Siempre me ha gustado mucho Neymar y como referente tengo a mi hermano Iván, que hasta hace poco jugaba de extremo en el Coslada y es quien más me ha ayudado en el fútbol. Le conocen como Villa y también está de entrenador en AFE”, afirma para acabar.
Alegría y compromiso
Mencía Urzelay (Madrid, 24/07/2006) se encuentra a pocas semanas de empezar a estudiar Ingeniería Biomédica, lo que va a seguir compaginando con el fútbol para seguir con una proyección ascendente: “He jugado mi primer año en AFE, venía de un equipo de categoría más baja, pero este año en el Juvenil me han enseñado muchas cosas, había mucho nivel”.
“Juego de extremo, mediapunta o delantera. Enfrentarme a defensas más mayores me ha hecho darme cuenta de que hay que estar muy en forma, pues llevan muchos años jugando, no se cansaban y tuve que espabilar con rapidez. Asumí mucho más compromiso para estar a la altura. Estar tantas horas entrenando, con gente profesional, ayuda mucho. Me estoy forjando un carácter más fuerte para no frustrarme cuando fallo”, destaca sobre sí misma.
El aprendizaje constante para Mencía no cesa en estos días en Los Ángeles de San Rafael: “Trabajamos muchos conceptos, como el toque de balón para potenciar las jugadas rápidas, pero haciéndolo con tranquilidad y sin precipitarnos. Soy bastante rápida, comprometida, trabajadora y trato de jugar siempre con alegría. Estoy ganando confianza para seguir intentándolo, jugar siempre sin miedo”.
“A Rodrigo Riquelme -jugador del Atlético de Madrid- le veo también con esa alegría, supongo que me reflejo en él por su juventud, un jugador rápido, habilidoso… También me gusta mucho Samu Lino o Llorente. Me fijo mucho en las bandas del Atlético de Madrid”, admite la futbolista, hincha confesa del club rojiblanco.
Resiliencia
Lola Alonso (Madrid, 20/02/2007) ha formado parte la última temporada del Sámper de Coslada: “Han sido unos meses duros porque estaban reformando todos los campos y hemos entrenado en un cuarto de campo, con pocas jugadoras y escasos recursos, así que el estar aquí, en Sesiones AFE, supone una gran diferencia, porque tenemos un ‘staff’ disponible siempre para nosotras, todo el material necesario…”.
Unas herramientas puestas a disposición de las jugadoras y que Lola cree que las están aprovechando al máximo: “Durante estos días he notado muchas mejoras en mí y en mis compañeras, dentro del campo, en actitud y en cómo afrontamos el trabajo viendo cómo se esfuerzan en que mejoremos. En Sesiones AFE se centran en pequeños e importantes detalles, es decir, en los controles, los pases, la intensidad, etc.”.
“Juego de lateral y extremo cuando el entrenador me lo permite, últimamente trabajo más esa faceta ofensiva. Soy del Atleti y antes me fijaba siempre en Juanfran Torres. Soy intensa, veloz, fuerte… Jugar con chicos, en su momento, hacía que luego compitieras como un obús. Se notaba un mucho”, recuerda.
Y lo que espera del fútbol está más que claro para Lola: “aspiro a disfrutarlo, no a pasarlo mal, esté donde esté. Me gustaría encontrar un proyecto que invirtiese y se notase que apuesta por el fútbol femenino. Ahora está más difícil hacerlo en un equipo fuera de Madrid; además, soy menor de edad y estoy estudiando Bachillerato, pero más adelante seguro que sería una buena opción. El fútbol es lo que me apasiona e intento transmitirle lo mismo a los ‘peques’ que entreno en la Escuela de AFE”, explica.