¿Portugal servirá de ejemplo, o repetiremos los mismos errores?

por Óscar de Souto

Foto: Pablo Fariña Romero

Amanecía Portugal y Galicia con un sol anaranjado como una luna colorada bajo un manto de humo denso por la suma de esas 1.000 hectáreas lusas y 400 hectáreas quemadas en Galicia, todo ello sazonado con las chimeneas permanentes, tanto las industriales, como la de ENCE, en Pontevedra, y otras «cheironas» modernas.

Y ahora quieren levantar la megacelulosa de Altri en Palas de Rei, que se nutre de eucaliptos, de llevarse a cabo, provocará una plantación masiva en los montes de Galicia.El satélite Sentinel-3 de Copernicus el 17 de septiembre mostraba la santa madre de las nubes de humo que se expandía hasta cubrir 100.000 quilómetros cuadrados del Océano Atlántico.
La imagen de satélite de hoy, 18 de septiembre, de las 15:00 horas, del EUMETSAT, con sede en Darmstadt, Alemania, aún marca colores pardos, como si se tratase de «calima» o polvo en suspensión que se puede ojear a simple vista en parte de la costa noroeste. Los 143 incendios de Portugal, también alguno en Galicia, coinciden con el mapa de zonas de plantaciones de eucalipto, como podría coincidir una pieza en su lugar exacto en un puzzle.
El árbol gasolina, no será culpado de autor material de estos crímenes contra la salud pública, contra la supervivencia de los bancos marisqueros de las rías, donde las cenizas desertizarán todo atisbo de vida en las arenas, y, como no, esos siete fallecidos, entre ellos dos mujeres bombero y un varón bombero, sumando los más de sesenta heridos.

Varias empresas petroleras, entre ellas, CEPSA, REPSOL y GALP, dispensan gratis combustible en el país vecino, para que 5.000 bomberos, a los que España sumó más de 200 soldados de la UME, y bomberos españoles de varias zonas, además los voluntarios y voluntarias, portugueses, pues en Portugal es posible alistarte a brigadista como quién se anota en protección civil. Estos combatientes intentan salvar pueblos enteros y no solo de las llamas, porque sobre un suelo verde y húmedo no prolifera el fuego, pero sobre esta plaga pirófita que desertiza la tierra y bebe dos billones de litros de agua diarios (solo en Galicia ), los malditos eucaliptos, sobre ese suelo acidificado y estéril se expande en forma de abanico el más minúsculo de los incendios, sea o no provocado, por lo cual la guerra también es contra ellos. Los arrestos de siete presuntos pirómanos, entre ellas dos mujeres acusadas de múltiples focos en distintos días, según la información pública de la Policía Judiciaria, hacen pensar que pudiesen ser provocados. Aun así irán a prisión los que encendieron la mecha, pero su arma, los eucaliptos, ellos aún están aquí, rodeando nuestros pueblos, esperando la próxima desgracia.
Recuerdo el gran incendio de la cara norte del Monte Gontón, cuando por las fiestas patronales de San Martiño de Canduas, en Cabana de Bergantiños, quedamos en casa niños y ancianos, como si fuese el fin del mundo o como si estallase la guerra. Inocente, creí toda mi vida que pararon la verbena para arriesgar sus vidas en aquella larga noche, de forma valiente y desinteresada, desde una unión vecinal que nunca más volví a ver. Pero mis héroes me contaron esta semana, hablando de este tema, que fue la benemérita la que se presentó aquel día en el campo de la fiesta de «As Grelas» para reclutar a todos, hombres y mujeres, sobrios o no, para sofocar aquel fuego con azadas, utensilios de labranza y algún caldero. Mis héroes ganaron aquella batalla, que parecía imposible, aunque ninguno se presentase voluntario para ser bombero.

Mientras el fuego sea rentable …..arderá el monte.

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