La asociación alerta sobre los movimientos antiturísticos que perjudican la renta per cápita de la ciudad
Los grandes hoteles de la ciudad cerraron el mes de septiembre con un 92% de ocupación, 2 puntos más que el pasado año por la misma fecha en la que que llegaron al 90%, y los ya habituales problemas generados por el pésimo servicio de taxis que han derivado en una situación insostenible “tanto para turistas como para los propios vecinos de la ciudad”.
Así lo ha dado a conocer la Unión Hotelera Compostela, alertando de que en muchas ocasiones han tenido que ser los propios hoteleros y su personal los que llevasen a los huéspedes al aeropuerto para no perder sus vuelos, denunciando además que “no sólo hay falta de taxis, sino también una pésima atención, con reservas que no se cumplen y una centralita colapsada que no te responde”. Un mal servicio que también sufre la ciudadanía “con el agravante”, dicen, “de que culpabilizan de esto injustamente al turista, cuando no tiene nada que ver y son también grandes perjudicados de la problemática de este sector”.
Con respecto a la ocupación, la Unión Hotelera que prevé un “buen dato” para este mes, recordando que “desde hace años los meses de mayor ocupación son los que van de mayo a octubre”, habiendo sido precisamente el mes de mayo el mejor de todo el 2024, “por encima de agosto y de julio, que es la temporada alta propiamente dicha”, a la vez que advierten que “de noviembre a abril se produce un gran bajón que provoca que a día de hoy todavía sigan cerrando hoteles entre diciembre y Semana Santa”, una situación de la que alerta el colectivo desde hace más de una década reclamando “que haya más acciones culturales y más acciones de interés para los meses de noviembre a abril”.
El portavoz de la asociación, José Antonio Liñares, explica que “en Semana Santa empieza un crecimiento gradual hasta el mes de octubre, que también suele ser un mes de ocupación muy alta y con mucho movimiento”, si bien matiza que “en julio hay una bajada en torno a 10 puntos porcentuales aunque no sabemos muy bien por qué, ya que es un mes vacacional, con un tiempo atmosférico excelente, son las fiestas de la ciudad… en definitiva, una suma de factores que deberían hacer que la ocupación fuese tan alta como en mayo, pero la realidad es que eso no ocurre y que hay una bajada muy considerable”.
“Sin embargo”, afirma, “y pese a que es un mes en el que la ciudad está llena de visitantes y con calles colapsadas, eso no se traduce en los datos de ocupación. Es decir, la gente no
pernocta en Santiago”, dando paso así a uno de los conflictos más recientes del sector, la turismofobia, que es cada vez más visible en la capital gallega.
“En algún sentido se está demonizando al turismo y a todo lo que tiene que ver con él”, explica José Antonio Liñares, “y creo que hay un gran desconocimiento del sector, porque nos tratan como si fuéramos los responsables de esta saturación turística, cuando francamente se ve que no tenemos nada que ver. Es decir, en un mes tremendamente vacacional donde la ciudad está muy llena de gente y los parkings completos, la ocupación hotelera es mucho más baja. Sin embargo, en mayo y octubre, con los hoteles prácticamente llenos, la ciudad está esponjada”.
Liñares apunta a que “quizá el problema sea el excursionismo, es decir, la gente que viene a pasar unas horas en autocares o en sus vehículos privados y a los que por cierto, no se aplica tasa turística ni se contempla, siendo sin embargo los que causan más problemas en la vecindad y en las calles de Compostela que los que pernoctan y dejan un gran valor en la ciudad, ya que pagan impuestos en los alojamientos, en los restaurantes, en las compras… y en divisas si son extranjeros”.
ANTITURISMO. Precisamente con respecto a los movimientos antiturísticos, el portavoz de la Unión Hotelera rechaza el sentir de quienes aseguran no vivir del turismo. “Santiago es la ciudad de Galicia con mayor renta per cápita. Tenemos la sede de la administración autonómica, una universidad de prestigio y una serie de servicios que realmente aportan gran valor, pero todo eso por si solo no vale y el turismo como actividad complementaria es maravillosa por muchísimas razones”, incidiendo en que “la actividad económica es puramente transversal, es decir, no afecta sólo a lo que es el turismo en sí, sino que afecta también a la restauración, con lo que conlleva del sector agropecuario; las marisquerías, las percebeiras de las Rías Baixas. los productores de carne… se produce un consumo, y no hay que olvidar que la economía es circular y eso es lo que genera riqueza. Si nos cargamos el turismo, esa renta per cápita se viene abajo, y el que no vive directamente del turismo va a verse también perjudicado”.
“Ahora bien”, aclara, “hay que tratar de obtener el mayor valor añadido de la actividad turística con el menor consumo de recursos posibles, y serán los especialistas técnicos los que tengan que dar con la solución”.
Por otra parte, desde Unión Hotelera recuerdan algunos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística que constatan el gran volumen de personas que llega a diario a la ciudad, en contraposición con los datos de ocupación de los hoteles. “Aparte de Madrid, la mayor parte proceden de Vigo, Lugo, A Estrada, Pontevedra, Vilagarcía y Barcelona, y la gran mayoría no duerme en la ciudad. Eso quiere decir que no hay un problema de saturación turística, sino de saturación de visitantes”, y añaden que “según los datos del INE de este verano, Santiago es la ciudad gallega con menos estancia media de todas las ciudades gallegas, concretamente 1,78%” recordando además que “en el año 2023 había un 60% ocupación”.
Por eso, explican que “para nosotros está claro que los turistas llegan a todas partes y es positivo que sea así, y que lo que provoca todo lo que está pasando en negativo es la afluencia de visitantes”, por lo que en su opinión “proponer la tasa turística como solución, tal y como plantea el gobierno municipal, es un error, pese a que curiosamente gobierno local y oposición se hayan posicionado a favor de ella”.
E insisten en su firme creencia de que “la tasa turística no va a solucionar los problemas de masificación, y lo que hay que controlar es el flujo de visitantes”, explicando además que la
planta hotelera no ha crecido en los últimos 20 años. “La ciudad tiene 8.000 plazas en total, entre hoteles y pensiones. Incluso si tuviésemos el 100% de ocupación, que no la hemos tenido nunca, hablaríamos de 8.000 personas, las mismas que podríamos meter en la praza do Obradoiro para ver un concierto. Es decir, no hay saturación turística, lo que hay es población diurna y de excursionistas”.
Además de incidir en que “la ocupación media anual no es buena, con meses de invierno que no llegan al 30% y hoteles cerrados” para justificar su rechazo a la implantación de la tasa, también señalan que “los clientes y los hoteles ya recaudamos y pagamos un impuesto de bienes inmuebles que supone sobre 60.000 euros al año, y un impuesto de actividades económicas de entre 10.000 y 15.000 euros anuales, sin olvidar que pagamos una recogida de basuras por encima de todos los vecinos de la ciudad, en torno entre 12.000 y 15.000 euros anuales… todo eso sale de los hoteles de la ciudad y entra en las arcas municipales, y a mayores, cada cliente alojado en los hoteles de la ciudad paga un 10% de IVA, que es otro impuesto que llega a la Xunta de Galicia”, así que, añaden, “quizá la reclamación deba ser que una parte de esa recaudación que se hace desde los hoteles y entra directamente en arcas municipales y autonómicas se destine a la ciudad en lugar de implantar otro impuesto más”.