Felipe Casal, autor de La Carta
“La Carta” es una novela de espionaje un tanto atípica en la que priman los documentos inéditos sobre la literatura, sin descuidar esta, naturalmente.
La acción transcurre a lo largo del año 1942 en La Coruña y ocasionalmente en otros lugares de España.
Los actores principales de esta trama de espionaje e inteligencia, John Forsyth Buchanan, agente destacado del MI6 y con cobertura en el Banco Anglo South American Bank, situado en el Cantón Grande coruñés ya desaparecido y como contrapunto Amadeo Cela, del SIBE, el Servicio de Inteligencia Militar español.
Ambos son la apoyatura para mostrar en este trabajo los documentos inéditos, como se decía al principio de esta glosa, en los que queda patente cómo diversos organismos o entidades comerciales colaboraban en lo que sería la victoria aliada, tres años después de lo vivido por ellos. Fundamentalmente, el Consulado Inglés y el citado Banco. Henry Guyatt era el Cónsul.
El dinero, procedente en gran parte del comercio de wólfram y de la Embajada inglesa en Madrid, jugaron un papel importante.
La red de espías británicos, como los alemanes del Abwehr, el servicio dirigido por el Almirante Canaris o los de la OVRA italianos, estaban totalmente controlados por el SIBE español.
La radio que comunicaba diariamente con la Embajada inglesa desde un domicilio coruñés estaba también controlada y “tolerada”.
Franco con su sentido posibilita de la política “dejaba hacer” a unos y otros.
Incluso el Servicio de Información de Falange estaba controlado.
En la novela aparecen lugares de ocio muy conocidos por los más viejos como fueron el restaurante Lardy y el café Ivory muy próximo al anterior y donde se desarrolló una operación de información.
Aparecen también personajes dedicados a la prostitución como Josefa Almores y Manolita Castro, frecuentadas por los ingleses y colaboradoras del SIBE, español.
También domicilios muy coruñeses como el de la calle Riego de Agua, donde se alojaba James Forsyth o Casa Pilar, un prostíbulo en la calle del Sol.
El documento inédito y más importante da nombre a esta novela, incautado en el Consulado inglés, es una misiva a Allan Hilgarth, coordinador de todos los Servicios británicos en España y amigo personal de Churchill.
“La Carta” prologada por el ilustre abogado y estudioso de la historia, Ignacio Bermúdez De Castro Olavide, tuvo muy buena acogida entre los lectores y se hicieron varias impresiones por parte de la Editorial “Camiño do Faro”.
El autor de la obra por su profesión conoció desde dentro parte de los entresijos de los Servicios de Inteligencia.