Después de tanto sufrimiento es difícil escribir algo que no redunde en lo mismo.
Se ha dicho casi todo, incluso con imágenes que hablan por sí solas y que harían redundantes, como decíamos, cualquier análisis de lo acontecido en Paiporta.
La indignación, se ha mezclado con una profunda tristeza y su fuerza ha sobrepasado incluso la del agua, antes remansada y domesticada, hasta que un pensamiento woke decidió que los diques eran obsolescentes y debían ser destruidos .
Los reyes y Sánchez, han caído en la cuenta de que el pueblo español tiene estas cosas.
Y ha sido de forma abrupta y que ha mostrado al mundo como la egregia figura de rey contuvo cualquier sentimiento, que incluso le hubiera podido impulsar a abandonar el campo de batalla en que se había convertido su visita.
Sánchez, malherido en su orgullo y quizá en su cuerpo serrano, abandonó por unos instantes sus andares toreros e hizo mutis por el foro, porque la cosa pintaba mal.
Uno quedose y el otro fuese.
Marlaska a quien en última instancia competía la seguridad, se limitaba a mirar atónito el ir y venir de bolas de barro, palos, patadas y epítetos de grueso calibre.
La seguridad y el despliegue policial han sido para enmarcar. Pero con un lazo negro alrededor.
El servicio de información, pues no se sabe si estaba buscando unicornios o informó y no fue atendido o valorado.
Me dicen que Marlaska no ha dimitido, ni Pedro anunciado convocatoria electoral.
Nihil novum sub sole.
No es la primera vez que al jefe del Estado le increpan. Pocas, pero algunas hubo en nuestra historia “democrática”
En Febrero de 1981 en la Casa de Juntas de Guernica, cuando D. Juan Carlos iba a hacer uso de la palabra, los diputados de Herri Batasuna, puño en alto, comenzaron a cantar “Eusko Gudariak”, el himno del gudari. El soldado vasco.
Fueron procesados por delitos de injurias al jefe del Estado y desórdenes públicos, a excepción de Onaindia y Letamendia, que lo fueron por rebeldía.
En 1993, el Tribunal Supremo zanjó todo aquello al considerar que se había hecho un legítimo uso de la libertad de expresión, al comunicar los “cantarines” un “sentimiento de insatisfacción pública”
Si no recuerdo mal, las sentencias del Tribunal Supremo crean jurisprudencia, con lo cual los indignados ( Santa indignación) quedarán absueltos si es que son identificados y encausados.
Salvo que la agresión a Sánchez constituya una “exceptio presidentis” cosa posible y que se ponga en marcha lo que alguien llamó “enfangar las togas”.
Como consecuencia de los hechos que recordábamos de la Casa de Juntas de Guernica, el General De Santiago y Díaz de Mendivil, escribió un artículo que tituló Situación Límite.
De todo aquel escrito, rescato un frase que para una gran mayoría, pienso yo, de españoles, es pertinente. Dijo De Santiago “ tenemos un gobierno que no representa al pueblo”
Lo ocurrido hoy en Paiporta ha sido revelador. Y me temo que la indignación popular irá en aumento a tenor de los cuerpos que vayan llenando las morgues.
Y no involucren al Ejército, no manchen, no ensucien con su bilis negra una institución siempre dispuesta a lo necesario, en el momento que se la solicite.
Pechen ustedes políticos con sus responsabilidades y no se refugien en las cálidas madrigueras de sus despachos, a la espera de que pase el chaparrón, que por desgracia, amenaza con quedarse.
Letizia, Leonor, esto también es España y lo de hoy sirva de compilación lúgubre pero reveladora de lo que es dirigir un país. En las duras y en las maduras.
He oído con respeto inmenso, el himno de Valencia, cantado en la calle por gente joven, mientras algunos lloraban de emoción y amargura.
El divorcio entre el pueblo y los políticos no lo pueden ocultar ni mil informativos de la 1.
O si.