Tensiones bélicas. Por José Antonio Ávila, López

por José Antonio Ávila López

José Antonio Ávila López

Las tensiones bélicas siempre han sido impulsadas bajo la enorme influencia de la religión y de la política. El creciente papel de religión y política en conflictos de fuerza militar despliegan históricamente una obstrucción de reformas en los países afectados. Las tensiones bélicas casi siempre comienzan aplicando el concepto resistencia… ¿Pero todas esas resistencias son aplicables para la buena estabilidad de un país? No siempre, o mejor dicho, casi nunca, y me reitero en lo de casi.

Los países en situación bélica siempre tienen por ambos lados apoyos exteriores según conveniencias que mayoritariamente tienen que ver con el interés económico y el estratégico. Se da en cantidad de ocasiones que este tipo de conflictos son consecuencia de descontentos internos que se van convirtiendo en externos que desembocan en malas alianzas políticas con una cooperación que va cambiando según el desenlace del conflicto, es decir, fluctúa y va produciendo incomodidades. En gran medida, y por último, las voluntades internas de los ciudadanos se erosionan a un ritmo bastante vertiginoso. Pueden producirse en la interioridad de esas naciones sentadas de protesta, derrocamientos políticos, se vive en constante alarma, unos toman el control provocando conflictos civiles, existen reacciones a decisiones equivocadas, se desactivan comunicaciones, se acaban y se entierran…

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