«A Coral”: La apuesta más valiente (o más loca) de la TVG. Por Jesús Suárez

@jsuarez02111977

Pues nada, amigos, ha llegado el momento de la verdad. El próximo 9 de febrero, a las 22:00 horas, en la Televisión de Galicia, se estrena A Coral. Y, contra todo pronóstico, ahí estaré yo.

Yo, que de actor tengo lo mismo que un percebe de neurocirujano, metido en una serie de televisión. Actuando. Con texto y todo.

Si me lo dicen hace unos años, me río en la cara del que lo diga y le recomiendo que deje la bebida. Pero aquí estamos. Yo, haciendo de actor. Y no en una obra benéfica del colegio, sino en una serie de verdad. Rodeado de gente a la que uno está acostumbrado a ver en la tele mientras cena, no a compartir escena con ellos. Carlos Blanco, Marta Larralde, Marcos Pereiro, Eva Iglesias… Gente que sabe lo que hace. Gente que no necesita una segunda oportunidad para no hacer el ridículo, como si la necesité yo.

Porque el mérito no es mío. El mérito es de Ricardo Llovo y Manolo Cernadas, que han demostrado ser más valientes que Rambo en Vietnam. Porque hay que tenerlos bien puestos para decir:

—Venga, vamos a meter en la serie a gente que no tiene ni idea de actuar.

Así, sin anestesia. Y lo hicieron. Apostaron por mí. Por Manuel Casal, por Teresa (una de las sopranos más grandes del país), por María de Fillas de Cassandra, por Paula. Y no sé si fue un acto de fe o un brote psicótico, pero yo se lo agradezco. Porque si no fuera por esa decisión kamikaze, yo ahora mismo no tendría que estar escribiendo esto.

XURXO SOUTO Y EL 66% DE LA PRIMITIVA

Todo empezó cuando sonó el teléfono. Ricardo Llovo al otro lado. Y me suelta que está buscando un cantante, ciego y, además, actor. Es decir, quería que le tocase la primitiva.

Entonces entra en escena el gran Xurxo Souto, que, como buen corsario de los mares galegos, le dice:

—Te tengo al tipo perfecto.

Y le da mi nombre. Porque yo cumplía dos de tres. Cantante y ciego, sí. Actor, ni de lejos. Pero, oye, un 66% no está mal, que con eso en un examen apruebas.

Y como soy un inconsciente, dije que sí. Que adelante. Porque en esta vida hay que probarlo todo, menos el Trap y el reguetón.

Lo que no sabía es que el primer tortazo llegaría en mi primer casting.

EL CASTING DEL TERROR

A ver, era la primera vez que hacía un casting en mi vida. Nunca. Ni en la función de Navidad del colegio.

Así que, claro, me puse a actuar como un gilipollas. Como si me hubieran metido en la cabeza, que la clave de la interpretación es sobreactuar hasta que den ganas de pegarte con una alpargata.

Un desastre. Un espanto. Un esperpento digno de Valle-Inclán en plena resaca.

Pero, por alguna alineación cósmica, tuve unos minutos antes de empezar para hablar con Ricardo y con Óscar de Producción. Y creo que en ese rato vieron que, al menos, era un ser humano funcional y no un maniquí de El Corte Inglés.

Porque, de lo contrario, ahora estaría en mi casa viendo la serie en pijama y no protagonizándola.

Me dieron una segunda oportunidad. Y esa, amigos, no la iba a soltar ni con aceite hirviendo.

DE MESÍA AL HEMISFERIO NORTE DE MI CEREBRO

Y así, acabé en un rodaje en Mesía. En una escuela unitaria. En mitad de un mundo que no tenía ni puta idea de cómo funcionaba.

Dirección artística, peluquería, maquillaje, figuración, eléctricos, mecánicos, cámaras… Una auténtica maquinaria bien engrasada, donde yo, al principio, era el tornillo que sobraba en la caja.

Pero lo mejor fue ver a los actores de cerca. No desde la pantalla, sino en carne y hueso, con sus nervios, sus manías, sus risas y su café en la mano. Y ahí me di cuenta de algo:

Que, coño, igual esto de actuar no se me daba tan mal.

Yo llevaba todo el guion metido en la cabeza como si fuese la tabla del cinco, pero no tenía ni idea de si aquello iba a salir bien o iba a quedar como un muñeco de ventrílocuo en un funeral.

Pero salió. El Señor Pinto salió. Y ahora, amigos, vive en mi cabeza. Creo que ocupa ya todo el hemisferio norte de mi cerebro.

Así que, por favor, ved la serie. No por mí, sino por toda la gente que se ha dejado la piel en hacerla.

Y porque, si a mí me han dado esta oportunidad, igual hasta la serie os sorprende.

Nos vemos el 9 de febrero en la TVG.

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