Una catástrofe sanitaria deliberada e inhumana.
SESPAS, comprometida con la defensa de la vida, la dignidad humana y los principios universales de los derechos humanos, condena de manera firme y rotunda la situación de extrema gravedad que atraviesa la población civil en la Franja de Gaza.
La Franja de Gaza se ha convertido en un lugar donde la vida se extingue de forma planificada y cruel. Desde octubre de 2023, alrededor de 62.000 personas han sido asesinadas y unos 155.00 heridas, en su mayoría mujeres y niños. Miles de cuerpos permanecen bajo los escombros, sin poder ser rescatados.
Hospitales y centros de salud han sido bombardeados, ambulancias destruidas, profesionales sanitarios asesinados mientras intentaban salvar vidas. En Gaza se amputan extremidades sin anestesia, se realizan cirugías en pasillos oscuros, se decide quién vive y quién muere porque no hay medicamentos ni camas disponibles.
El hambre se ha convertido en un arma: medio millón de personas ya padecen hambruna confirmada por la OMS y el IPC, con niños y niñas convertidos en esqueletos vivientes, madres lactantes caquécticas y personas mayores muriendo por inanición. El bloqueo total impuesto por Israel priva deliberadamente de alimentos, agua, medicinas y combustible a más de 2 millones de personas, en un castigo colectivo que constituye tortura a escala masiva.
Esto no es una crisis humanitaria convencional. Es la destrucción sistemática de un pueblo y su entorno vital. Gaza se ha convertido en un campo de exterminio moderno, donde el derecho a la salud, a la dignidad y a la vida ha sido abolido.
Genocidio en curso
Las acciones cometidas por Israel cumplen con los criterios legales y morales del genocidio:
− Asesinatos masivos de civiles, incluida población infantil quemada viva en tiendas de campaña.
− Desplazamientos forzados de millones de personas, sin refugio ni condiciones de
supervivencia.
− Ataques sistemáticos contra el sistema de salud, impidiendo la atención sanitaria y
condenando a las personas enfermas a una muerte lenta y dolorosa.
− Privación deliberada de alimentos y agua, reconocida públicamente como política de Estado
israelí.
− Destrucción de cementerios, viviendas, escuelas y hospitales, en un intento de borrar la
existencia del pueblo palestino.
El cuadro es claro: se trata de una aniquilación planificada, ejecutada con la intención de hacer imposible la vida del pueblo palestino como grupo humano. La comunidad internacional ya ha advertido que estas acciones constituyen crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio.
Tortura colectiva y sufrimiento intergeneracional
La población gazatí vive bajo tortura constante: hambre, miedo, mutilaciones, pérdida de seres queridos, destrucción de sus hogares y la incertidumbre diaria de si sobrevivirán.
Las consecuencias para la salud pública son devastadoras y se extenderán durante generaciones:
− Niños y niñas creciendo con desnutrición crónica, sin vacunas ni escolarización.
− Miles de personas amputadas, discapacitadas o con traumas irreparables.
− Un pueblo marcado por el duelo, el sufrimiento psicológico y la pérdida de toda seguridad.
Como advirtió el Comité Internacional de la Cruz Roja, “el sufrimiento de Gaza nos perseguirá durante generaciones porque no se puede deshacer”.
Responsabilidad de la comunidad sanitaria y científica
El silencio de las sociedades científicas sería cómplice de este genocidio. Nuestra obligación no es solo curar y cuidar a las personas, sino defender la dignidad humana y denunciar los crímenes que la destruyen.
Varios organismos internacionales y varias sociedades profesionales sanitarias han señalado que Gaza no es solo una emergencia humanitaria, sino una vulneración sistemática de derechos. Desde SESPAS reforzamos esta voz y exigimos acción inmediata.
Demandas de SESPAS
Ante esta situación, SESPAS pide:
- Un alto el fuego inmediato e incondicional, con cese de bombardeos y del asedio.
- El acceso humanitario pleno y sin restricciones, garantizando alimentos, agua, medicinas,
combustible y equipos sanitarios. - La protección de personal sanitario y hospitales, bajo amparo de la Convención de Ginebra.
- El reconocimiento internacional del genocidio cometido contra el pueblo palestino, con
rendición de cuentas ante la Corte Penal Internacional. - Un plan internacional de reconstrucción del sistema sanitario palestino, con financiación
pública y garantías de acceso universal. - La ruptura de todo tipo de relación con las instituciones responsables de la masacre, hasta el
restablecimiento del respeto al derecho internacional y los derechos humanos. - Desde SESPAS afirmamos con rotundidad: la población palestina de Gaza está siendo exterminada mediante bombardeos, hambre y privación de salud.
- SESPAS declara que el silencio y la indiferencia ante la tragedia en Gaza significan complicidad, por lo que exigimos un alto el fuego inmediato, el respeto irrestricto a los derechos humanos y la protección de la población civil, pilares fundamentales para cualquier sociedad justa y para la ciencia que se pone al servicio de la humanidad.