Iremos al inicio de curso, como siempre, con un bonito discurso, apelando a la calidad y a la libertad en la educación, deseando lo mejor para los universitarios madrileños, recordando que la política no puede entrar en las aulas, en la universidad- Esto nos lleva a los peores episodios del siglo pasado.
La universidad, la ciencia y la cultura tienen que quedarse al margen de la política, por lo menos de la doctrina ideológica. Y eso es lo que vamos a defender en un curso que además, es maravilloso siempre en un lugar tan precioso como Alcalá de Henares, cuna de Cervantes no merece otra cosa.