Los grandes entrenadores de la historia del fútbol calificaron ciertos escenarios, como es el caso de Old Trafford, como ‘El Teatro de los Sueños’. Lo hizo en su día, por ejemplo, Johan Cruyff. Según él, los futbolistas que no son capaces de dar su mejor versión en ese tipos de céspedes es que, de alguna forma, no pueden ser considerados profesionales de manera plena. Sin embargo, tal y como sucede con los teatros en la vida real, hasta el más espectacular de los escenarios sufre con el paso del tiempo y se viene abajo un mito en muchos casos. La ciencia, como en otros tantos casos de aplicación práctica para la humanidad, ha permitido luchar contra ese paso del tiempo y reducirlo gracias al césped artificial hasta la mínima expresión.
La gran mancha verde que cubre el mundo del fútbol es cada vez más difícil de diferenciar entre lo natural y lo artificial, pero es que el césped artificial ha evolucionado de tal forma que ha dejado de convertirse en una excusa para la derrota de ciertos equipos hasta pasar a ser un reclamo y un motivo de envidia en lo que puede considerarse entidades formadoras. Pongamos un ejemplo: un equipo o un club con una academia de más de 1.000 jóvenes es inviable que sea capaz de mantener intacto un césped natural. Pero una superficie sintética de última generación resistirá como la que más hasta ofrecer el servicio óptimo buscado.
El césped artificial, siempre y cuando esté dotado del mantenimiento necesario, es capaz de aguantar un auténtico uso que en otros casos sería inviable y abusivo. Una academia puede manejarse con un número cada vez más reducido de campos y permite ahorrar, además, buena parte del trabajo que se encargaban de hacer los jardineros de antaño. Y todo ello sin que el bote de la pelota se resienta o la calidad de los más pequeños que empiezan a jugar ahí. Se trata de una inversión de una vez y para toda la vida.
En definitiva, en un futuro no demasiado lejano la mayoría de los campos en los que se disputen las grandes fechas del fútbol mundial serán sobre una superficie artificial.
