Historia de un beso sustraído en las Antípodas. Por Jesús Antonio Rodríguez Morilla

por Jesús Antonio Rodríguez Morilla

  • Doctor en Derecho por la U.C.M. (Cum Laude)
  • Licenciado en Derecho.
  • Certificado-Diploma de Estudios Avanzados. (Fundamentos de Derecho de la U.E. y problemas actuales en el ámbito del Derecho Público).
  • Licenciado en Ciencias Políticas.
  • Caballero de Mérito por Real Orden Noruega

Si no fuera por las características que habitualmente rodean al personaje en cuestión, junto a su extenso y controvertido historial ampliamente conocido, hasta podría citarse el recuerdo de aquella vieja toma realizada por el fotógrafo Alfred Eisenstadt, aquel 14 de agosto de 1945, en Times Square, cuando retrataba a un marinero estadounidense besando a una joven mujer vestida de enfermera durante las celebraciones del día de la victoria sobre Japón.

Pero quitémonos romanticismos e iconos de la cabeza, pues este personaje de farándula, como consecuencia de su historial y posicionamiento dentro del importante mundo del astro rey fútbol, se ha visto a menudo envuelto en polémicas de todo tipo, y bastaría, como suele decirse, “tirar de hemeroteca”.

Un servidor, ya veterano, recuerda a unos cuantos personajes de dicho mundo que ostentaron presidencias de la RFEF, e igualmente tuvieron “affaires” de distinta índole como: PORTA; ROCA; VILLAR y finalmente, RUBIALES.
Atravesamos épocas de distintas sensibilidades donde nuestra Sociedad cambiante en muchos aspectos, también los lleva a cabo con el derecho de igualdad.

Pau Forner Navarro en su Obra: Todo lo que deberías saber el Lenguaje Corporal, manifiesta que el mismo es una forma de comunicación que utiliza los gestos, posturas y movimientos del cuerpo y rostro para transmitir información sobre las emociones y pensamientos del emisor.

Suele realizarse a nivel inconsciente respecto al estado emocional de las personas, pero no debe ser tomado como una verdad absoluta porque existen muchos factores ambientales que pueden influir sobre él.

En la escena de marras, se observa mucho más efusivo al Sr. Rubiales, el cual sujeta la cabeza la señorita Hermoso, escena mostrando la misma sus brazos más bien dirigidos a un abrazo convencional.

Si dedicamos algo de tiempo al video del comportamiento de los dos protagonistas, posiblemente obtengamos sus verdaderos contenidos volitivos, cuestión harto difícil de pronosticar dada la sucesión de hechos.

 

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