y complacencia del deportivismo… así lucen con un giro de 360º para quedarse en el mismo punto. Recurrente y cansino.
Contamos con un director deportivo que ha llegado al club de la mano del padrino y los tres mosqueteros. Llega sin armas ni bagaje, pero como la meritocracia no es un valor a tener en cuenta en un club donde hay mas directores que dirigidos y los funcionarios del fútbol son mayoría, ahí lo tenemos. No se le conoce nada destacado para ocupar un puesto de tanta responsabilidad en un gran club como el nuestro. De momento no nos ha enseñado nada nuevo, todo lo contrario: más de lo mismo. Parece perdido en un despacho donde la silla giratoria tiende al subviraje y no alcanza a acertar con los reglajes adecuados. Le faltan las herramientas básicas para tal menester y como tantos otros viene a aprender.
Calificar de majísimo a alguien al que quieres contratar es de barra de bar.
“Parece perdido en un despacho donde la silla giratoria tiende al subviraje y no alcanza a acertar con los reglajes adecuados.”
Fuentes cercanas al club cuentan que su plan se basa en buscar jugadores con experiencia en primera RFEF, algo que ya hizo Carmelo, el del pozo, del que todavía no hemos podido salir. En mi opinión, se trata de una estrategia equivocada por dos razones. Una, la vida de esta competición es tan corta que hablar de expertos en la categoría suena contradictorio. La otra y más importante, es que si pretendes alcanzar la cumbre con zapatillas y chubasquero estás cavando tu propia fosa; cuando te des cuenta tienes los pies congelados, los pulmones aplastados y la visión borrosa. Solo te queda rezar.
¿Será tan difícil entender que para ser los mejores hace falta rodearse de los mejores? Y si entendemos eso. ¿Cómo vamos a conseguir los mejores buscando en el lugar equivocado, por debajo de la línea de flotación? ¿Estamos a setas o estamos a Rolex?
En la revolución de los 360º la mediocridad sigue siendo la norma, el pasaporte para ocupar un puesto de responsabilidad en un club donde todo se hace de prisa y corriendo. Que toca rellenar el C.A., pues manos a la obra y lo dejamos planchado en menos de lo que canta un gallo. Que se necesita entrenador (el puesto más difícil en el organigrama deportivo de cualquier club de fútbol profesional), pues reducimos el radio de acción a la mínima expresión y nos lo jugamos al cara o cruz, una fórmula que nunca falla ya que la culpa siempre será de la moneda que se empeña en caer mal. Que hay que renovar la plantilla, seguimos la tradición de dejar que se vayan los mejores y reponemos a la baja.
“En la revolución de los 360º la mediocridad sigue siendo la norma, el pasaporte para ocupar un puesto…”
De todo esto se deduce que al señor Escotet, el RC Deportivo y el Deportivismo le importan muy poco. Si el estilo de dirección de ABANCA fuese similar al diseñado para el Club, entonces los gallegos tendríamos que pensarnos muy mucho donde depositar nuestros ahorros.
Ahora la moda consiste en colocar hombres de “fu-bol” por todas partes, no profesionales con prestigio y reconocimiento social, eso no, no vaya a ser que le saquen el juguete a la “propiedad”, la otra moda. Hay quien tiene la poca vergüenza de afirmar que se lleva una alegría porque el club no se vende. Nunca estuvo tan vendido ni tan mal dirigido y todo a espaldas del Deportivismo al que apela. Cuando quieres besar los pies de tu amo en público corres el riesgo de babear.
El único hombre de fútbol y deportivista contrastado: Alex Bergantiños.
“Hay quien tiene la poca vergüenza de afirmar que se lleva una alegría porque el club no se vende. Nunca estuvo tan vendido ni tan mal dirigido…”
Que nadie piense que el RC Deportivo le cuesta dinero a la propiedad, todo lo contrario, solo con la publicidad, exclusiva de Abanca, la rentabilidad está asegurada. Todo lo demás, como el ingreso por abonos (el mayor de la categoría), entradas, sponsor, merchandising…, sobra para costear tanta incompetencia en materia futbolística.
No existe club en este grupo primera RFEF, que se acerque ni de lejos al nivel de nuestra afición, estadio, estructura; ni al poco prestigio que nos queda. Solo nos superan en gestión deportiva por demérito nuestro. Si esta temporada no se tiene asegurado el ascenso directo a falta de 10 jornadas, habrá sido un fracaso. El grupo parece hecho a la medida para el caso.
En los próximos días aportaré ideas y argumentos técnicos; los míos, que no pretenden sentar cátedra sino un poco de luz y debate.