Desobediencia, malversación, desórdenes públicos, agresiones, lesiones, atentado contra la autoridad, delitos de odio y contra la integridad moral, pertenencia y colaboración con organización terrorista, fabricación de explosivos, prevaricación, falsedad documental, responsabilidad contable y usurpación de funciones públicas conforman la ensalada de delitos, faltas y sanciones que afectan a imputaciones y condenas a 1.432 personas que desde 2013 se enfrascaron en movidas de toda laya vinculadas a lo de Cataluña.
Casuística
113 ya fueron condenados, 17 esperan sentencia, 387 están inmersos en causas penales, y 880 en multas o sanciones administrativas, otros, en diferentes tipos de problemas y estadios penales o administrativos.
Ayer se produjeron dos novedades en este embrollo desatado por el «colega» Sánchez. La primera, es que ya pronunció en público la palabra prohibida. La segunda, es que su vicepresidenta filtró a un diario su propuesta para el olvido; esto es, aquí se perdona casi todo desde 2013 y reconciliación y amor por doquier.
Mañana en Barcelona se verá que son muchos españoles los que no tragan con este paripé que daña gravemente la Constitución, deja el discurso de Felipe VI de 2017 en agua de borrajas y al poder judicial a la altura del betún.
Las seguras cuestiones de inconstitucionalidad que planteará el Supremo y posiblemente otros magistrados será el prólogo al pronunciamiento del Constitucional.
A todo esto, se reproduce ahora textualmente lo que dice la ley del TC para estas coyunturas. «El planteamiento de la cuestión de inconstitucionalidad originará la suspensión provisional de las actuaciones en el proceso judicial hasta que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre su admisión. Producida esta, el proceso judicial permanecerá suspendido hasta que el Tribunal Constitucional resuelva definitivamente».
Traducido, esa cuestión paraliza o debería paralizar la efectiva aplicación de la norma. Si Puigdemont planea volver a su país el día siguiente a publicarse en el BOE la amnistía debería palparse la ropa.
Con todo, lo más jocoso sería que todos los encausados y condenados quedasen libres y perdonados ahora y que dentro de 2 años el TC anulase la amnistía y todos los amnistiados volvieran a ser potencial carne de presidio. ¿De nuevo otra fuga masiva a Bruselas o Suiza? Todo es posible.
Fotografía. RTVE.es