Además de ser un deber ético, la seguridad laboral es una inversión estratégica en el bienestar de la fuerza laboral y la sostenibilidad a largo plazo de las industrias. La importancia de los EPIs se refleja en la reducción de accidentes mortales, así como en la preservación de la salud de los trabajadores. La utilización adecuada de guantes de protección, por ejemplo, no solo evita lesiones agudas, sino que también protege contra riesgos crónicos, como la exposición a sustancias químicas nocivas.
A día de hoy, existe todo un conjunto de leyes y normativas que regulan la protección laboral, junto a una serie de empresas que se dedican precisamente al vestuario laboral, como es el caso de Juba, con especial atención en los guantes de trabajo para diferentes tipos de sectores e industrias. Ahora bien, ¿cuáles son los datos que respaldan la eficacia de los EPIs? Y lo que es más importante, ¿cuántas vidas han salvado este tipo de medidas en España? Eso es lo que trataremos de responder a lo largo de este artículo.
Evolución de muertes laborales en España durante los últimos 20 años
La evolución de fallecidos por accidentes laborales en España ha mostrado una tendencia a la baja desde que se comenzaron a implementar las primeras medidas al respecto. En 1990, se registraron 1.923 muertes en siniestros laborales, mientras que en 2016 la cifra disminuyó a 607. Es decir, menos de la mitad de las muertes registradas en tan solo 26 años. Desde entonces, las fluctuaciones han ido variando año tras año, con tendencias que han experimentado alguna que otra subida, seguida de bajadas puntuales.
Según datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, en 2022, un total de 864 trabajadores fallecieron en accidentes laborales. Asimismo, dentro de estas cifras, se produjeron 711 accidentes de trabajo mortales en jornada laboral, lo que representa un aumento del 17% respecto a 2021. Dicho de otro modo, si bien ha habido fluctuaciones anuales, la tendencia a lo largo de las últimas dos décadas ha sido a la baja en términos de muertes por accidentes laborales. En cualquier caso, estas cifras reflejan la importancia de seguir promoviendo la prevención de siniestros en el ámbito laboral.
Un vistazo a las cifras de Galicia, con datos preocupantes en accidentes de tráfico
La siniestralidad laboral en Galicia ha mostrado cifras similares en términos porcentuales en los últimos años. Según el Instituto Gallego de Seguridad y Salud Laboral (ISSGA), en el año 2020 se registraron 2.677 accidentes de trabajo en jornada laboral con baja en Galicia.
Un artículo de Faro de Vigo señala que el 16% de los fallecidos por siniestros laborales en Galicia perdieron la vida en accidentes de tráfico. Recordemos que el traslado del trabajador desde su domicilio particular hacia el lugar de trabajo se considera contingencia profesional, por lo que es igualmente accidente laboral. Eso por no mencionar las muertes registradas durante la ejecución de la jornada laboral, al basar parte del tejido productivo en la industria y el transporte.
Comparación con las cifras europeas: España, el tercer país con mayor número de muertes
La tasa de accidentes laborales mortales en la Unión Europea fue de 2,11 por cada 100.000 personas empleadas en 2020, mientras que la tasa de accidentes no mortales fue de 1.466 por cada 100.000 personas empleadas. Los países con mayores registros se concentran en Italia, Francia y Alemania. De hecho, España ocupa la tercera posición, por lo que a pesar de la reducción histórica, no sigue la tendencia generalizada del resto de países.
Según un informe de Funcas, un año antes, la tasa de accidentes laborales mortales en España fue de 3,27 por cada 100.000 trabajadores, mientras que la media de la Unión Europea fue de 2,17. Esto indica que la tasa de mortalidad laboral en España fue significativamente superior a la media europea en ese año. Por si esto fuera poco, España registró el segundo mayor aumento de accidentes laborales fatales en Europa.
La necesidad de adoptar medidas de protección para el trabajador y promoción de los EPIs
Aprobar medidas que respalden al trabajador implica reconocer y garantizar su derecho fundamental a trabajar en un entorno seguro y saludable. El acceso a condiciones seguras no solo es un derecho humano básico, sino también un pilar esencial para el desarrollo sostenible de las sociedades y la prosperidad económica.
La inversión en medidas de apoyo al trabajador y en EPIs no solo se traduce en un retorno en términos de productividad, también conlleva una reducción de los costes asociados a accidentes laborales y enfermedades profesionales. Es más, las empresas que implementan estrategias preventivas experimentan menores tasas de absentismo, disminuyen la rotación de personal y, en última instancia, registran ahorros considerables en gastos médicos y compensaciones laborales.