Con motivo de la creación de la Comisión Interministerial de Migraciones, Save the Children resalta la oportunidad de incorporar un adecuado enfoque en niños y niñas y asegurar un empuje al sistema de reparto de menores de edad entre comunidades autónomas
En 2023 aumentó un 82,1% el número de personas migrantes que llegaron a nuestro país de forma irregular, pasando de 31.219 en 2022 a 56.852 en el 2023, según datos del Ministerio de Interior. De este total, 5.151 han sido niños y niñas menores de 18 años, lo que se traduce en un 116,8% más que en el año anterior. En el 2022, el número fue de 2.375, y tanto en ese año como en el 2023, la inmensa mayoría se trataba de niños, aunque en los últimos meses se ha visto un incremento de la llegada de niñas.
La comunidad autónoma de Canarias fue la que más personas migrantes recibió , que también registró un mayor flujo de niños, niñas y adolescentes respecto a años anteriores (2.274 a fecha de 6 de octubre de 2023 frente a los 1.713 de 2022, según datos del Gobierno canario). Las llegadas marítimas a Baleares, Península y Melilla aumentaron, pero bajó en Ceuta y se redujo el número de llegadas terrestres a Melilla y Ceuta. «Una de las razones por las que se ha visto este crecimiento de las llegadas a Canarias es por la situación crítica que se vive en el Magreb y en otros países cercanos como Senegal», ha explicado Catalina Perazzo, directora de políticas de infancia en Save the Children. Senegal vive una crisis social y política que ha desembocado en disturbios y enfrentamientos, y que puede ser una de las razones por las que miles de personas migraron en octubre. El archipiélago recibió casi 15.000 migrantes en ese mes.
A las causas políticas, se añade la inestabilidad alimentaria y la crisis climática, que genera cada vez más migraciones. A nivel global, Naciones Unidas calcula que cada año 20 millones de personas abandonan su hogar por fenómenos meteorológicos extremos, como la sequía prolongada, las lluvias torrenciales, la desertificación, etc.
Al menos 51 menores de edad murieron en su viaje migratorio
A finales de diciembre se conoció la muerte de un niño y de un joven de 18 años por frío en un cayuco rescatado en Canarias. Con ellas, el número de muertes totales de adultos y niños en 2023 en el camino hacia España -tanto la ruta canaria como en el Mediterráneo – asciende a 1.411, según la Organización Internacional para las Migraciones. El número de niños, niñas y adolescentes que han muerto en su ruta migratoria sería de al menos 51 muertos. La Organización Internacional para las Migraciones reconoce que podrían ser muchos más los fallecidos en su viaje migratorio.
Save the Children detalla que se trata de menores que huyen de países en guerra, de entornos hostiles o de la falta de oportunidades en sus países de origen. La organización pide, además de esa coordinación entre comunidades y la creación de un protocolo, más plazas y financiación para los niños, niñas y adolescentes que pronto serán mayores de edad.
Distintas organizaciones como Save the Children han alertado que se utilizan métodos para determinar la edad con márgenes de error que dejan a niños y niñas fuera del sistema de protección. La Fiscalía ha cifrado el número en 200 menores que fueron trataron como adultos. Perazzo ha recordado que «incluso, en algunos casos, hay adolescentes que dicen que son mayores de edad porque piensan que así tendrán mayores oportunidades de quedarse en el país».
El Gobierno aprobó hace unos días la creación de una Comisión Interministerial de Migraciones, un organismo esencial para Save the Children porque «es necesario que se dé un impulso adicional a la cuestión crucial del reparto de niños y niñas sin referentes familiares entre comunidades autónomas». La directora de Políticas ha explicado que «la gestión de la situación de la infancia y adolescencia no acompañada es un desafío complejo y urgente que requiere una respuesta integral y coordinada para garantizar su bienestar y protección». Save the Children añade que se debe facilitar su inclusión en la sociedad teniendo en cuenta «su interés superior considerando cuestiones como si tienen familiares o red en el territorio». La Comisión interministerial «supone una oportunidad excelente para discutir y promover un enfoque de infancia integral en las políticas en ámbito migratorio».
Irún, la frontera norte de la migración en España
La ciudad vasca lleva varios años convertida en una ciudad de tránsito para los cientos de migrantes que cruzan la frontera hacia Francia. El número de personas en tránsito entre Bayona e Irún en los últimos años ha experimentado un rápido incremento, registrándose 5.837 personas en 2018, 4.244 en 2019, 3.493 en 2020 y llegando a las 8.115 personas en 2021 y 6.253 en 2022. De estos últimos, 1.063 eran mujeres, y de estas, la mitad viajaba con menores a su cargo, según datos del Gobierno Vasco.
Alrededor del 90% de los migrantes que se mueven en esta ciudad han pasado antes por Canarias. Su objetivo es llegar a Francia, aunque a veces tarden más de lo habitual (24 a 72 horas) en cruzar la frontera por los controles fronterizos franceses.
Save the Children, en este contexto, ha puesto en marcha junto a otras 6 ONG europeas un proyecto para proteger y detectar casos de trata de niños, niñas, jóvenes y mujeres menores de 30 años. El proyecto se desarrolla en las fronteras de España (Irún), Francia e Italia. «Niños y niñas de corta edad llegan a territorio español acompañados por adultos que dicen ser sus padres, sin embargo, los esfuerzos que se realizan no son suficientes para comprobar una posible situación de trata. La situación es especialmente delicada en aquellas zonas de paso como es Irún (País Vasco). Cada vez que llegue a España un niño en situación irregular, debe valorarse la situación de riesgo, investigarse adecuadamente y adoptarse medidas de protección eficaces», concluye Perazzo.