Mañana en el estadio de Riazor, se vivirá en el banquillo otro partido de presión, nadie puede trabajar, por mucho psicólogo que le asista, en estas condiciones, bajo la espada de Damocles (Escotet) (mañana de no ganar tomará «medidas») Cuando el puesto de trabajo depende de un resultado, la concentración se pierde entre las sílabas del verso del entrenador. Hasta la fecha, los ultimátums le han venido bien al entrenador, Davo le ha cerrado la maleta en dos ocasiones. Aplicando el viejo axioma. «No hay dos sin tres» deseamos que mañana sea la tercera.
Por mucha entereza que pueda tener una persona, estar sometido, en este caso, al albur de un resultado, la presión que le genera no le permite trabajar con la mente fría que requiere un entrenador durante un partido y leerlo adecuadamente. El péndulo de la suerte no puede viajar entre resultado y resultado continuamente, demuestra, una vez más, que quienes dirigen el Club son expertos en banca, pero de nulo conocimiento futbolístico. Cuando se pierde la confianza en un entrenador se cesa y punto, someterlo a ultimátums cada partido, es una situación agotadora para quien la padece y perjudicial para el Club. La mala gestión deportiva se ha convertido en la seña de identidad de un Club campeón de Liga, que lleva cuatro años en la tercera categoría del fútbol español.
Día 20, aún no han llegado los refuerzos solicitados por los todólogos al RC Deportivo, la tardanza es motivada, según Fernando Soriano, porque quiere tomarlo «con la calma necesaria, sabiendo que la precipitación no es buena consejera». Tras la «mala suerte» en el mercado estival, espero y deseo que acierte Soriano en los posibles fichajes y no cunda el pánico entre la feligresía deportista por la lentitud en la contratación de jugadores.
Mañana llega el líder a Riazor
El equipo de Ponferrada, líder de la categoría, diez puntos por encima del RC Deportivo, llega a Riazor con el objetivo de distanciar más al RC Deportivo, por esa razón, mañana solo vale un resultado, ganar o ganar para no perder la fe en el ascenso, esa es la cruda realidad del equipo coruñés. Es el partido en el que el entrenador debe abstenerse de todo tipo de presión, olvidar que si pierde se va para casa y demostrar que está capacitado para continuar al frente del equipo, de no ganar mañana, buen viaje Sr. Idiakez. Si gana, miel sobre hojuelas, para eso lo ficharon, para ganar.