El 2022 será previsiblemente una nueva demostración de poderío de una modalidad de actividad económica que se ha ido implementando desde hace décadas y que ha entrado directamente como un hábito intergeneracional y para muchos clientes otrora escépticos respecto a su funcionamiento
Que el 2020 iba a marcar un antes y un después en los hábitos a nivel mundial estuvo claro desde el momento en el que la presencia física se hizo un riesgo crucial para nuestra salud. Sin embargo, para entonces ya nos habíamos acostumbrado a que los comercios abrieran cuando quisiéramos, solamente para nosotros, y en la mayoría de los casos a precios altamente competitivos respecto al cara a cara. Las nuevas tendencias y comportamientos sociales parecen haber llegado para instalarse de forma definitiva, incluso en segmentos de la población que no hace mucho tiempo recelaban especialmente de esta realidad.
Y es el comercio online y las ventas en la red lejos de ser algo reciente son algo que crece exponencialmente desde hace ya décadas. Atrás quedan algunos tabúes relacionados con la seguridad, la privacidad o la confianza. Y es precisamente la fortaleza y el refuerzo de esas tres variables lo que ha provocado que ya en muchos casos tengamos nuestro sitio de compra online ‘de confianza’, como nuestros abuelos tuvieron siempre al tendero de la esquina.
Pero resulta erróneo poner en confrontación al comercio tradicional con la venta online. De hecho, buena parte de los pequeños propietarios han encontrado en la red un nicho y una capacidad de expansión impensables de forma física, mientras que otros se han agarrado a esta especialidad como una auténtica tabla de salvación, con operaciones de márketing y reinvención dignas de estudio en algunas facultades.
El análisis de lo que nos espera es igualmente halagüeño para el sector, como no podía ser de otra forma: no paran de crecer el número de usuarios de internet, de redes sociales y de cualquier actividad que obligue a conectarse a una red determinada. A la hora de pronosticar cómo será un 2022 previsiblemente de recuperación a nivel global podemos hablar de:
– Contenidos de valor o lo que transmite un nombre, una marca o una idea con solamente enlazarse a un determinado sitio. Tempus fugit en internet, y la capacidad para generar interés y el tiempo del cliente antes de un click a la competencia son fundamentales.
– Chatbot o el asistente 24/7 basado en inteligencia artificial para las preguntas o necesidades más frecuentes.
– Publicidad en redes sociales, o la capacidad de entrar en el gran foro de influencias de todo el mundo.
-Búsquedas por voz o la respuesta a los hábitos de uno de cada cuatro clientes.
– Influencer márketing o el posicionamiento entre los nuevos líderes de opinión.
– Venta en redes sociales, o ir un paso más allá de la simple presencia.
– Realidad aumentada o la importancia del 3D
– Integrarse en un marketplace o estar vivo en los gigantes del comercio
– eCommerce o la primacía de una forma de comprar.