23j, el pescado medio vendido para Feijóo

por Naty Carracedo

El debate a tres en RTVE de anoche no alteró la intención de voto ni del 1% del electorado para el próximo domingo. El binomio Sánchez-Díaz zumbó todo lo que quiso a un Feijóo ausente y a un Abascal falto de punch. El de Vox bajó un punto su grado de altivez y prepotencia habitual y todo quedó en una aburrida sucesión de previsibles monólogos que ayudó a más de uno a conciliar el sueño.
A estas alturas y salvó sorpresa mayúscula, varias cuestiones parecen casi seguras. La victoria del PP va a ser clara y posiblemente tendente a un gobierno monocolor de los de la gaviota apoyado en pactos puntuales. Tres factores semejan decisivos para ello.
1º los excelentes resultados aguardados en Andalucía, Madrid y Galicia y sus buenas cifras en… Cataluña.
2º la probable preponderancia pepera en el numerosísimo voto por correo, con una participación muy superior a la de cualquier otra elección en democracia.
3º la consolidación para los azules del voto útil de la derecha, temerosa de un Vox fuerte que imponga el paso al futuro gobierno del de Os Peares.
La segunda cuestión poco dubitable es que Sánchez, ahora mismo en ligera alza en sondeos no publicables, rondará o superará los 110-115 diputados y que no se irá, al menos, de momento. Su dominio del partido es total y el que pida un cambio de rumbo y de paso su cabeza, seguramente perderá la suya.
La tercera es que a un Vox desangrado se le irán más de un tercio de sus votos y escaños y se dará con un canto en los dientes si llega o supera ligeramente los 30 escaños desde los 52 actuales. Así, difícilmente podrá exigir entrar en el ejecutivo, eventualidad que a Feijóo le provoca pesadillas. De todos modos, con estos tramontanos, todo es posible, incluso que rompan la baraja y obliguen a convocar unas nuevas elecciones.
La cuarta es que el multipartido SUMAR no mejorará sustancialmente los resultados de Unidas Podemos de hace cuatro años. Pablo Iglesias aguarda con la guadaña en la mano para intentar el desquite con su gran enemiga, Yolanda Díaz.
El declive de Esquerra, el auge de Bildu, el estancamiento de Junts y del PNV podrían ser otras de las consecuencias de la jornada electoral del 23j.
El senado
El PP también podría estar muy cerca de una mayoría absoluta en el Senado, tema nada menor y del que se habla poco. Si se confirma esa victoria en la Cámara Alta, los de la gaviota podrían bloquear en su caso cualquier intento de reforma constitucional de calado.
Salga el gobierno que salga de estos comicios, lo más probable es que sea inestable. El nuevo ejecutivo lo tendrá muy difícil.
Las ayudas europeas por la pandemia habrá que devolverlas, la crisis económica está lejos de ser superada, los recortes sociales llegarán, la inflación se moderará, pero no lo suficiente, la guerra en Ucrania no cesará y para colmo, el conflicto catalán resurgirá cuando Puigdemont sea encarcelado o incluso antes. Sin duda, malos tiempos para la lírica.

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