Primitiva Costa dos Galaicos, la Costa de la Muerte

por Carlos Brea

 />Mientras que en el resto de España, centro, sur y zona mediterránea se cuecen a cuarenta y cuatro grados centígrados de temperatura, el recorrido por la costa Atlántica es lo más demandado en estas fechas de la canícula de agosto por parte de turistas y visitantes foráneos algo más pudientes, ya que este no es un destino barato como los que he citado.<br />
Después de un largo y sinuoso camino, como canta la canción de The Beatles, llegamos a la caótica villa marinera de Malpica en plena Costa de la Muerte Atlántica, un ejemplo del feísmo constructivo donde los haya.<br />
Este caos arquitectónico ya no es de ahora, porque los habitantes del lugar lo tienen desde su ADN genético más primitivo, y me remito a los hechos: el ejemplo claro es el desastre del dolmen prehistórico de la Piedra del Arca, que data del período del 3500 a.JC., la fase de máximo esplendor de la cultura megalítica. Todavía se conserva parte de la mámoa (tierra que recubría el dolmen), en la que se aprecian los restos de una coraza de piedras. Hace tiempo, a alguien sin cerebro o medio descerebrado, se le ocurrió meter un barreno en la parte superior de la piedra del dolmen y partirlo en dos, ¡esa piedra tan antigua que es de un elemento funerario donde fueron enterrados muchas personas que murieron en el período megalítico!, pues ese gran trozo fue llevado a otro lugar sabe Dios para que otra barbaridad, o burrada arquitectónica, con la que quisieron enmendar con ese trozo de piedra tan mágico como puede ser el de un dolmen galaico.<br />
Este pueblo está construido de espaldas al mar, su modus vivendi secular.</p><p><img data-lazyloaded=

Entramos al paño que nos interesa, o sea el condumio, o sea la crónica organoléptica, gastronómica, y más que describirte los platos allí insuperablemente cocinados y de materia prima y calidad excelente de primera categoría, porque ahí los ves en las fotos mucho mejor de lo que yo los pueda describir con mi pluma, estimado y docto y directo lector que sigue mis crónicas, voy a resumir el tema de este viaje culinario.
 />El fin último de esta travesía que ejecutamos por la zona era el consumir la maravillosa sardina de Malpica, que junto con la de Sada son de las de más calidad que existen en el mundo, por su sabor, textura, grasa Omega3, apariencia y formato, o sea la perfecta vianda y plateada apariencia de un pez de oro. Y, al final, nos quedamos sin catarla, que era nuestra idea, junto con mejillones, conformándonos con las bandejas de las fotos. Para la próxima ocasión.</p><p><img data-lazyloaded=

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