Dr. Manuel Jiménez Navarro
Catedratico Medicina (Cardiologia) con plaza asistencial vinculada a Área del Corazón, Hospital Universitario Virgen de la Victoria (Málaga); Coordinador nodo IBIMA de CIBERCV (Centro de investigación Biomédica en Red/Enfermedades Cardiovasculares) (ISCIII).
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Metaanálisis de diecisiete estudios con 226.889 participantes de población general (sanos o con factores de riesgo cardiovascular, pero sin enfermedad cardiovascular o de otro origen conocida) que relaciona el número de pasos diarios realizados con la mortalidad global y cardiovascular.
No existen dudas del perjuicio de la vida sedentaria al disminuir la esperanza de vida y aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, no está tan claro el número óptimo de pasos, como indicador sencillo de actividad física, para obtener beneficios en términos de supervivencia global y cardiovascular, que permita consensuar con nuestras/os pacientes unos objetivos claros y reproducibles, más aún con el actual incremento de dispositivos móviles que los cuantifican fácilmente.
En este metaanálisis de diecisiete estudios, con 226.889 participantes de población general (sanos o con factores de riesgo cardiovascular, pero sin enfermedad cardiovascular u de otro origen conocida), con una edad media de 64,4 ± 6,7 (48,9% mujeres) y un alto nivel educativo (55% superior al bachillerato), se evaluaron los efectos sobre la salud de la actividad física descrita como número de pasos caminados tras siete años de seguimiento. La mortalidad global tras este seguimiento fue de 7.574 personas (3,33%) y la cardiovascular 1.884 personas (0,8%).
Se aprecian beneficios para la salud en términos de mortalidad por todas las causas a partir de 3.867 pasos/día y de mortalidad cardiovascular (CV) a partir de 2.337 pasos/día, lo que, de hecho, contradice la definición clásica de vida sedentaria, aquella en la que se realizan menos de 5.000 pasos/día.
A partir de estos pasos de referencia, los autores construyeron cuartiles con una mediana de pasos/día de 3.867 (2.500-6.675), el cuartil 1 (Q1, mediana de pasos: 5.537), el cuartil 2 (Q2, mediana de pasos 7.370) y el cuartil 3 (Q3, mediana de pasos 11.529) que se asociaron con un menor riesgo de mortalidad por todas las causas (48,55 y 67%, respectivamente; p<0,05, para todas las comparaciones). Del mismo modo, al confrontar con el cuartil más bajo de pasos/día utilizado como referencia (2.337 rango intercuartílico 1.596-4.000), los cuartiles más altos de pasos/día (Q1=3.982, Q2=6.661, y Q3=10.413) se asociaron linealmente con un menor riesgo de mortalidad CV (16,49 y 77%; p<0,05, para todas).
En resumen, se sugiere que cada incremento de 1.000 pasos se correlaciona con una reducción significativa de la mortalidad por todas las causas del 15% (HR 0,85 IC (95%) 0,81-0,91; p<0,001) y, del mismo modo, un incremento de 500 pasos se correlacionaba con una reducción del riesgo de mortalidad CV del 7% (HR 0,93 IC (95%) 0,91-0,93; p<0,001. Además, utilizando el modelo dosis-respuesta, se observa una fuerte asociación inversa no lineal entre el número de pasos y la mortalidad por todas las causas.
Analizando por subgrupos, no se aprecian diferencias según el género y zonas geográficas/climáticas analizadas, pero curiosamente las personas de mayor edad (≥60 años) presentan una importante reducción de la mortalidad realizando un menor número de pasos/día que las personas jóvenes (<60 años). Así los Riesgos Relativos (RR) de mortalidad en adultos mayores (≥ 60 años) fueron más bajos en comparación con los participantes más jóvenes (<60 años; P=0,009) requiriendo un menor número de pasos en la fase de la curva con la reducción de mortalidad más abrupta. Así en el grupo de personas de mayor edad (≥60 años), la fase con una reducción más abrupta de la mortalidad se asociaba a la realización de 6.000–10.000 pasos (0,38/0,09=42,3% de reducción del riesgo), mientras que para el grupo de menor edad (<60 años), una reducción similar requería la realización de 7.000 a 13.000 pasos (0,39/0,08=48,7 % de reducción del riesgo).
Para finalizar, en este trabajo se evalúa por primera vez el efecto de caminar hasta 20.000 pasos/día y muestra cómo la mejora de la salud es aún mayor, confirmando la teoría de que cuanto más pasos, “mejor” para la salud en términos de mortalidad.
Comentario:
La principal fortaleza del presente trabajo, con una gran repercusión en diferentes medios informativos internacionales y redes sociales, es que refuerza la idea de la importancia del ejercicio físico para disminuir la mortalidad global y cardiovascular (CV) con una simple medida (pasos/día) cuantificable mediante cualquier dispositivo móvil (reloj, teléfono, pulseras), y propone unos objetivos concretos para mejorar esta supervivencia bajo la premisa general de que cuanto más se camine, mayor será la supervivencia.
Este trabajo es el de mayor tamaño muestral nunca analizado, solo incluye artículos publicados en los que se cuenta el número de pasos con dispositivos y no con número de pasos autodescritos. Este estudio va en la línea de otros trabajos recientemente propuestos por Steps for Health Collaborative Group, liderados por AE Paluch, que analiza incluso estudios no publicados que aportan los miembros del grupo con sus fortalezas (se pueden utilizar estudios con resultados negativos) y sus limitaciones (calidad de los datos aportados).
Hoy en día, todas las guías internacionales y las europeas en concreto (ESC-Guidelines) resaltan la participación de los ciudadanos en el cuidado de la salud (“empoderamiento”), pero para lograrlo los médicos necesitamos evidencias robustas y unos objetivos claros que podamos transmitir a la población, y este estudio precisamente nos ayuda a eso.
Los conceptos claves de este estudio serían:
- en primer lugar, se desmitifica la idea de que realizar menos de 5.000 pasos/día, definición previa de vida sedentaria, no conlleva beneficio; caminar al menos 3.967 pasos al día podría reducir el riesgo de muerte por cualquier causa y caminar al menos 2.337 pasos al día reducía el riesgo de muerte CV. Tenemos un mensaje claro para la población sana como la del estudio que nos consulta: camine todos los días al menos 4.000 pasos para reducir la mortalidad global y 2.400 para reducir la mortalidad CV.
- en segundo lugar, cuando más camine mayor será el beneficio. El estudio sugiere una fuerte asociación inversa no lineal entre el número de pasos y la mortalidad por todas las causas. Si lo queremos cuantificar para clarificar el mensaje a la población, cada incremento de 1.000 pasos se correlaciona con una reducción significativa de la mortalidad por todas las causas del 15% y, del mismo modo, un incremento de 500 pasos se correlaciona con una reducción del riesgo de mortalidad CV del 7%.
- en tercer lugar, nos muestra la importancia de caminar tanto en pacientes mayores (definidos en el estudio como mayores de 59 años) como en menores con importantes mejoras de salud, aunque el número de pasos para conseguirlas pueda ser mayor en los jóvenes. Por lo tanto, anima a la población mayor de 59 años a realizar actividad física con unos objetivos alcanzables.
- en cuarto lugar, resaltar que la muestra analizada es población general sin antecedentes patológicos y que estos resultados no serían trasladables completamente a los pacientes que tratamos los cardiólogos en nuestra actividad diaria. Sería muy interesante disponer de evidencias sobre el número de pasos/día necesarios para la mejora de supervivencia en pacientes con antecedentes de cardiopatía, y si otros tipos de ejercicio físico, al igual que la intensidad en la que se realizan, muestran un beneficio similar.