Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, la Cátedra Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) pone en valor la labor de los perros de asistencia en la lucha contra la diabetes, ya que están entrenados para detectar y avisar sobre posibles episodios de descompensación glucémica, con hasta 30 minutos de anticipación.
Los recientes datos de la Sociedad Española de Diabetes estiman que hay más de cinco millones de personas en España que tienen diabetes, lo que significa que es el segundo país de Europa con más prevalencia de esta enfermedad. Esto pone de manifiesto la necesidad de que existan mecanismos para combatir esta afección, como ocurre con los perros de alerta diabética.
La directora de la Cátedra Animales y Sociedad de la URJC, Nuria Máximo, explicó el proceso de enseñanza por el que los perros de asistencia aprenden a detectar episodios de descompensación glucémica: “Son adiestrados utilizando reforzamientos positivos, como premios. Se les enseña a diferenciar el olor ‘diana’, que es el que desprende la muestra de hipoglucemia, de cualquier otro olor. Esto es con técnicas de discriminación, generándoles grandes expectativas de reforzamiento, si lo encuentran”, detalló.
Además, previamente a este proceso, hay una fase de asociación entre un reforzador con el olor diana y, posteriormente, les enseñan una conducta de alarma para que avisen de que encontraron el olor. En este caso, la conducta que emplean es el ladrido, ya que es una conducta natural de los perros, según relató la directora.
De esta forma, cuando se avecina una subida o bajada del nivel de glucemia en sangre, el perro podrá detectarlo a través del olor corporal de la persona, con cerca de 30 minutos de antelación. Así, avisará de ello con un ladrido claro, que no cesará hasta que no se intervenga.
La presencia de perros de alerta médica se convirtió en un “valioso recurso” para los pacientes diabéticos y sus familiares. Estos no solo son educados para detectar cambios de azúcar en personas con diabetes, sino que también en otros episodios que puedan afectar a personas con epilepsia, entre otras patologías.
Desde la Cátedra Animales y Sociedad de la URJC señalan que uno de los principales beneficios de la convivencia con perros de alerta médica es disponer de un “doble seguro de vida”, porque pueden avisar con tiempo para no llegar a padecer una hipo o hiperglucemia. Esto lo traducen en “una sensación de tranquilidad y seguridad”.
(SERVIMEDIA)