Isabel Zendal Gómez, la primera enfermera profesional del Mundo. Por Carlos Brea

por Carlos Brea

Escritor y Cronista gastronómico

Hoy, último día de noviembre de 2023, hemos sido convocados en el Puerto de La Coruña para honrar la memoria de la primera enfermera profesional del Mundo, Isabel Zendal Gómez (Agrela, Santa Mariña de Parada, en el municipio de Ordes (A Coruña), 26/11/1773-Puebla de Los Ángeles (México), partícipe con el doctor Balmis y los niños portadores de la Vacuna de la viruela que, juntos, salvaron a millones de personas de padecer esa terrible enfermedad, hoy casi erradicada del planeta.
Expedicionaria, enfermera y rectora.
Entre 1803 y 1806 la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna dio la vuelta al mundo con el objetivo de llevar la vacuna de la viruela a los territorios de ultramar. Esta expedición española, que permitió salvar miles de vidas humanas, es considerada la primera misión médica internacional y el primer programa oficial de vacunación masiva realizado en la historia.
Francisco Xavier Balmis, director de la expedición, contrató a Isabel Zendal con un sueldo igual al que disfrutaban los varones de su formación y funciones, para garantizar que la vacuna se mantendría viva durante la travesía mediante la inoculación escalonada en el propio cuerpo de un grupo de niños. Zendal fue la última expedicionaria que se incorporó al convoy humanitario y acompañó a la Expedición durante toda la travesía.
La profesionalidad en el ejercicio de su trabajo nos sirve hoy para recordar uno de los mayores hitos de la medicina preventiva y social y de salud pública que ningún país haya llevado a cabo jamás.
De la infancia de Isabel Zendal Gómez se sabe poco. Las investigaciones realizadas desde 1999 nos han ido demostrando la certeza de su apellido y de su nacimiento. Hija de Jacobo Zendal e Ignacia Gómez. Durante la epidemia de viruela de 1786 pierde a su madre y tiene que abandonar una casa familiar con pocos recursos para ponerse a trabajar. El 31 de julio de 1793, nació su hijo Benito Vélez. Por tanto, cuando tiene 30 años sabemos que era rectora de la Casa de Expósitos de la ciudad de La Coruña y que tiene un hijo, que unas fuentes dicen que era natural y otras que era adoptado.
Aunque inicialmente no se contempló la participación de una mujer en la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, la experiencia del viaje desde Madrid a La Coruña y el fallecimiento de uno de los niños que llevaba la vacuna en sus brazos desde la capital al puerto coruñés, obligaron a tomar esta decisión. La Expedición Filantrópica necesitaba una mano femenina que inculcara confianza en los niños y les ofreciera el cariño maternal que necesitaban. El 14 de octubre de 1803, mes y medio antes de la partida de la Real Expedición, Francisco Javier Balmis, su director, la contrata con un sueldo igual al que disfrutaban los varones de su formación y funciones, tres mil reales, con destino a su habilitación y un sueldo de quinientos pesos anuales.
Fue contratada en calidad de enfermera. Los enfermeros no tenían funciones médicas específicas. Se encargarían de cuidar del buen orden de los niños, tanto en tierra como en el mar, además cuidarían de la limpieza y del aseo de los niños y de sus ropas. Evitarían que los niños se extraviasen y procurarían que conservaran el buen orden que se requiere en una expedición de estas características y los asistirían en todo momento con amor y caridad. Los enfermeros siempre estuvieron subordinados a las órdenes del director Balmis y tenían que informarle directamente de las incidencias que ocurrieran en la salud de los niños, para que se aplicara el remedio conveniente y no se pusiera en riesgo la cadena profiláctica. Además, la rectora Isabel tenía unas funciones privativas y específicas: cuidar, acompañar, entretener y serenar a los niños durante el viaje.
La participación en la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna supuso a la rectora un reconocimiento social de su trabajo y le facilitaría salir de un entorno limitado y estricto, permitiéndole conocer otros contextos y tener nuevas experiencias. Podría rehacer su vida sin el lastre de su historia.
Después de todos los preparativos, la corbeta «María Pita» parte del puerto de La Coruña el 30 de noviembre.
Isabel Zendal: La primera enfermera española que dejó huella en la historia. Este año conmemoramos el 250º aniversario del nacimiento de Isabel Zendal, la enfermera responsable del cuidado de los niños en la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna de la viruela.
In Memoriam de Isabel Zendal con la Real Liga Naval Española:
Ahí, en las fotos, entregamos una corona de flores al recuerdo de esta insigne enfermera, depositándose los pies de su monumento, escultura y placa promovida por los ilustres políticos Fraga Iribarne y Paco Vázquez.
Ofrenda ofrenda floral en su recuerdo.
La Real Liga Naval Española (RLNE), cuyo delegado en Galicia es el laxense José Manuel Pato, promovió una nueva ofrenda floral en memoria de Isabel Zendal. El recuerdo se llevó a cabo ante su monumento, en La Coruña. En el acto participaron también Pilar Farjas, representando a la asociación Isabel Zendal; el coronel Ramón Vidal, y el subdelegado de la RLNE, Antonio Nores. Se recuerda así la hazaña de la primera enfermera de la expedición Balmis de la vacuna contra la viruela, que partió de La Coruña hacia América en el siglo XVIII, como ya he escrito. Hechos históricos que, por ejemplo, niños del colegio Labarta Pose de Baio, por cierto, llevan años trabajando y divulgando desde el teatro.

Como fue una mañana fría y lluviosa, nos recogimos, para tomar un vino español, en el Real Club Náutico de La Coruña y en posterior comida en La Solana, con café en el Hotel Finisterre, cerrando un histórico día para la Enfermería, la Medicina, la Armada, la Liga compartido el tiempo entre amigos, camaradas, alegres, conmilitón es esperando que el próximo año, este día, volvamos a recordar a la generosa Isabel y sus ángeles infantiles, coruñeses de hospicio y grandes corazones maravillosos.

La locución latina «primum nil nocere o primum non nocere», que se traduce al castellano como ‘lo primero es no hacer daño’, corresponde a «un remanente del pasado lejano y probablemente se originó con Hipócrates».
¡Cuídense, lectores sabios! Y duren muchos años en paz, libertad, salud, alegría y longevidad (con ausencia de enfermedades)

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